jueves, 5 de mayo de 2011
Tras la batalla con los pequeños seres reptilianos de camino a Refugio Invernal ( en la que yo, Kanon, tuve un importantísimo papel, al acabar de un solo disparo de mi arco con dos de nuestros enemigos que querían acabar con mis camaradas de armas ), nos disponíamos a proseguir camino hacia Refugio Invernal ( que como su nombre indica es el lugar más cálido del mundo ).

Cuando nos poníamos en marcha, Cuernecitos se dió cuenta de que quizá sería recomendable coger uno de los extraños escudos que portaban los seres reptilianos, puesto que quizá alguien en Refugio Invernal conociera su procedencia.

Por alguna extraña razón en ese momento Dótar comentó: "Mmmm, intentaré recordar algo de mis grandes conocimientos de religión, quizá nos ayude con el tema de los escudos". Como ya estamos acostumbrados a los absurdos comentarios del gigantón, intentamos hacer como que no había dicho nada...

El cagaleras de Gevarn, que había estado agazapado tras una roca durante toda la reyerta, comentó: "Creo que esas criaturas son kóbolds. Desde hace un año se atreven a atacar con más violencia y más cerca de Refugio Invernal". "Y lo dices ahora mamón?", comenté yo, y todos estuvieron de acuerdo conmigo, por supuesto.

En fín, tras eso proseguimos camino hacia Refugio Invernal, camino que, trascurrió sin ningún incidente, aunque esa noche mis sueños fueron intranquilos, ya que soñé que vivíamos en otro tiempo y lugar, en el que nosotros no trabajábamos como héroes, sino en una realidad extraña, con máquinas con ruedas que se mueven solas, y que éramos una especie de vendedores en una gran choza, y vestíamos con unos extraños ropajes llamados "chalecos"...

Al siguiente día llegamos a Refugio Invernal, y lo primero que nos llamó la atención ( bueno, a mí el primero, claro, que estos chicos necesitan liderazgo ), fue el gran nivel de desgaste de las murallas de la ciudad, como si nadie se hubiese preocupado de su mantenimiento, lo que no dice nada bueno de la guarnición del lugar. Nos acercamos a los guardia que estaban apostados en la puerta, y nos comentaron que el mejor lugar al que podíamos dirigirnos nada más llegar a la ciudad era la posada de Wrafton, o bien podíamos visitar la plaza del mercado a nuestra izquierda.
Decidimos que lo mejor sería ir a la posada, así que nos encaminamos hacia ella. Nada más abrir la puerta nos llegó un delicioso olor a estofado, que nos recordó que la última vez que comimos decentemente fue hace ya unos días. En ese momento Gevarn dijo: "Os dejo amigos, ya que tengo que hablar con la hermana Linora del templo de Chauntea", así que nos despedimos de momento mientras nos asentábamos en una mesa libre, aunque yo por pura cortesía ( de la que carecen mis compañeros ), pregunté a la mesonera si tenía alguna libre.

La mesonera se nos acercó, presentándose como Salvana, y nos preguntó: "Saludos viajeros, deseais una habitación?". Respondimos que sí, y subimos a dejar nuestras mochilas de viaje. Al bajar de nuevo para llenar la andorga, observamos que había llegado un hombre mejor vestido que el resto de gente que estaban en la posada. Preguntamos a Salvana de quién se trataba y nos contestó: "Es Valthrun El Presciente. Es algo así como nuestro sabio local."
"Coño!" pensamos. A lo mejor este hombre sabía algo del paradero de Douven, así que me acerqué a hablar con él junto con Dótar. " Saludos señor. Podría hacerle algunas preguntas si no es molestia?".
Le pregunté por Douven y nos dió información valiosa: había pasado en efecto por allí, y buscaba unas ruinas ( por lo visto comentó algo de desenterrar unos huesos de dragón -espero que no fuese uno sodomizador rosa- ). "Pero además", comentó, "tenía algún asuntillo con Eilian". "Eilian?", inquirimos. "Si, aquel viejo de allí. Está mu loco el hijoputa."

Volvimos a nuestra mesa, donde por alguna extraña razón Dótar llamó a Cuernecitos "Oswaldo"... ¿? En fin, nos tomamos unos momentos de relax y la conversación se fue animando en la mesa ( aunque esta derivó por extraños caminos, como el por qué Dótar no puede comer queso ¿¿??? ), mientras dábamos buena cuenta de un asado de venado, y frases épicas del estilo de "eres más majo que los copper" ( ¿¿¿¿¿???? ) se soltaban al animado ambiente.
Finalmente, Lilith y Cuernecitos fueron a hablar con Eilian ( qué loco está el hijoputa ), y lo poco en claro que pudieron sacar de él, fue que le dijo algo a Douven sobre un tesoro escondido.

Tras ello, y con la barriga llena, decidimos dirigirnos al Templo de Chauntea, para encontrarnos con Gevarn el cagaleras. Estaba sólo en la puerta del Templo esperándonos, para contarnos su conversación con Linora, y la verdad es que no nos proporcionaba mucha información, ya que lo único que había podido averiguar es que Linora le había comentado que Douven se fue rumbo sur y no volvió. Visto que así no íbamos a ninguna parte acordamos una audiencia para el día siguiente con el mandamás del pueblo, Lord Padraig, a ver si nos puede iluminar un poco más...
Decidimos volver a la posada para reponer fuerzas, y Lilith decidió que iba a darse un baño y a frotarse ( ¿?, la verdad es que no entendimos muy bien por qué nos daba esta información, debe ser alguna costumbre de los Eladrin... ). También descubrimos con algo de asquete que Dótar no se baña nunca, sino que simplemente muda la piel de cuando en cuando... agggg, esto es peor que cuando se corta las uñas.
Tras haber recuperado nuestras fuerzas, fuimos a la herrería de Thaír, para que viese el escudo que cogimos de los kobolds, ya que quizá nos pudiera ayudar a descubrir algo más sobre los pequeños atacantes. Del escudo, ni zorra, además de decirnos que le parece una auténtica mierd... Pero nos dijo algo interesante: los kobolds parecen estar atacando desde algún lugar del sureste, por lo que supongo que tarde o temprado iremos a partir cabezas por esa zona.

Empezó también a despotricar sobre la tienda de suministros exóticos porque según él "parecen no tener ningún problema de suministros", mientras que a él le faltan suministros de forma habitual.
Siguiendo nuestras pesquisas, acabamos por ir a hablar con el capitán del Gremio de combatientes, que nos comentó que las defensas del pueblo son bastante lamentables, pero que carece de más recursos, pero nos dió otra pista interesante: parece que el cabecilla de los kóbolds tiene nombre: Diente de Hierro. Además, nos orienta un poco más sobre la posible localización de los huesos de dragón que Douven estaba buscando y parece ser que pueden estar algo más al sur de lo que pensábamos ( unos 5 km más ).

Para acabar la jornada, volvimos a la posada ( no sin antes ponernos de acuerdo en que mañana intentaremos averiguar algo más sobre los cultistas y que cuando vayamos a hablar con Lord Padraig intentaremos que nos contrate como ayuda en la defensa del pueblo ), donde encontramos otra novedad nada más abrir la puerta de la misma: una semielfa que no había visto antes ( y que por supuesto queda prendada de mi porte y elegancia ) y hacia la que me dirijo mientras veo la admiración con la que me mira mientras me acerco... "Hola, belleza, quieres saber por qué me llaman tiro certero?"
Y ella contesta..."Vete al peo. Quiero beber sola."
.............:_-(

-Kanon-

0 comentarios:

Publicar un comentario