domingo, 24 de febrero de 2013

Decidimos seguir adelante pese a la amenaza de Paldemar y tras accionar el siguiente círculo nos encontramos en una nueva habitación, con cuatro columnas lisas y tres puertas macizas de color negro. También había tres calaveras dibujadas y rodeadas de lianas violáceas.
Kanon exploró la pequeña habitación y pareció captar algo porque al momento le cambió el gesto y nos susurró:
-          - Norkers…-
Ian decidió tomar la iniciativa pegándole una patada a la puerta más alejada sin ningún miramiento y nos abrió paso a una sala más grande donde varios enemigos nos esperaban. De un vistazo pude ver a dos tres norkers y un enigma de Cyric.

Entrábamos en batalla como era digno de nuestro grupo: Lilith, Kanon e Ian corrían hacia nuestros enemigos mientras yo lanzaba un hechizo desde la retaguardia al igual que Andrew. Por su parte los norkers respondieron a pedradas con sus hondas o atacando directamente a la eladrin con un mangual. Una de las piedras consiguió darme en la cabeza produciéndome un molesto dolor de cabeza.  
Pero aquello sólo acababa de empezar, por que instantes después apareció un guardián de bronce para unirse a la fiesta.
Lilith, Andrew e Ian habían rodeado al enigma que al verse acorralado atacó al sacerdote sin éxito. Kanon se encontraba entretenido con el norker del mangual y yo decidí que era mejor dejar al enigma congelado. Mientras la lucha seguía adelante vi con terror como el guardián se acercaba a la eladrin para darle un tremendo golpe. Pensé que lo mejor sería terminar con el enigma que había congelado. Justo cuando había terminado con el oí una puerta que se abría. No pude ver más que sombras pero al momento pude oír a Lilith que gritaba: -¡PALDEMAAAAAAAAR!




Sólo unos instantes después vi como una columna de cristal, en la que no me había fijado hasta aquel momento, comenzaba a titilar unos segundos y un rayo salió de la vara de Paldemar. El rayo alcanzó de lleno a Lilith, de la cual salieron otros dos rayos que alcanzaron a Ian y Kanon. Por un momento me quedé asombrada con aquella demostración de poder, y pensé que si salíamos de aquella tendría que investigar un poco más aquel tipo de magia.

Aquel breve ensimismamiento se cortó de pronto cuando vi como los ojos de la calavera que decoraba la pared del fondo se iluminaron, y de inmediato dos rayos de color violeta salieron de ellos directos hacia Lilith. Pude respirar tranquila unos instantes cuando me di cuenta de que con un leve brillo violáceo la armadura absorbió todo el efecto de los rayos, fuese cual fuese. 





Sin embargo la eladrin no tuvo ni un segundo para relajarse ya que el guardián se había acercado e interponiéndose entre Ian y ella de dos manotazos tiró a ambos al suelo.
Mientras tanto Paldemar había vuelto a lanzar su rayo esta vez hacia Ian que había conseguido levantarse segundos antes y Andrew también estaba recibiendo varios ataques a la vez por gracia de la calavera y uno de los norkers.
Yo intenté meterme un poco más en la batalla pero al acercarme a una estatua de hierro que se encontraba cerca de la entrada a la estancia recibí un extraño influjo que no me permitió nada mas que moverme un poco. Mas piedras, rayos violáceos volaban entre el fragor de la batalla y me di cuenta claramente de que no iba a nuestro favor. Lilith de nuevo maltrecha a pesar de haber sido curada antes por Andrew recibía otro nuevo impacto del guardián y el resto no luchaban con toda su energía inicial. Por mi parte conseguí lanzar mi ola de fuego abrasando al norker del mangual.



En ese momento Paldemar hizo de nuevo su aparición con un tercer rayo, sólo que en esta ocasión también recibió nuestros ataques a lo que respondió con otra ronda de rayos, con doble ración para Andrew que estaba curándonos una y otra vez. 
Más piedras y mas rayos violetas, de fuego y relámpagos lo inundaban todo. Otro de los norkers caía chamuscado y otro más después. La columna que había detrás de mí se apagó y una bola de rayos salía de Paldemar hacia varios de nosotros. Entonces  decidí que debía concentrarme en quitarnos de encima tan guap… digo, tan poderoso enemigo.
Con esa idea comprendí que debía hacer lo que mejor se me daba y tras conseguir concentrarme lo suficiente envié a aquel hermoso bastardo una bola de fuego que lo dejó con un nuevo rostro desprovisto de toda su belleza. Pero aquello aún no acabó con él y se desplazó con un rapidez asombrosa en su estado, aunque no lo suficiente puesto que la eladrin consiguió alcanzarlo a tiempo para darle un buen golpe pero sin librarse de su influjo que la dejó atontada…
Los siguientes instantes fueron una vorágine de flechazos, rayos y carreras. Paldemar se había subido a una especie de plataforma y se disponía a atacar de nuevo cuando Kanon que corría detrás se lanzó para tirarle de allí aunque no tuvo éxito. Detrás apareció Andrew, que con un salto increíblemente ágil se subió también a la plataforma a tiempo de curar a Kanon. Fue lo último que el pobre sacerdote pudo hacer ya que Paldemar atacó de nuevo con sus rayos haciendo que este se cayera de la plataforma y aterrizara en el suelo inconsciente. Desencajados tuvimos que seguir luchando pero aquello no pintaba nada bien. Lilith fue la siguiente en caer tras un nuevo ataque del guardián. Paldemar aparecía y desaparecía de nuestros ojos y nuestros ataques iban a ciegas en muchos casos mientras teníamos que evitar los rayos violetas de la calavera y los grandes golpes del guardián. Sin olvidarnos de los ataques del propio Paldemar.       
Mientras, yo intenté escabullirme hacia donde estaba Andrew, ya que lo estábamos perdiendo. Conseguí llegar y estabilizarle mientras el resto seguían afanados en destruir a nuestros enemigos. Lilith se había recuperado gracias a Kanon lo cual me alegró sobremanera. Seguía sin ver a Paldemar aunque Ian si lo vio porque comenzó a correr y tras lanzar una estocada al aire (eso fue lo que me pareció a mis ojos) se oyó un rugido de dolor y rabia, y en ese instante de pronto se volvió visible de nuevo para mi.         
Debió de sentirse acorralado ya que corrió hacia la habitación de donde había venido con la mayoría de nosotros pisándole los talones. Acorralado de nuevo y bastante herido corrió hacia otra habitación del otro lado de la sala consiguiendo librarse de varios ataques… pero finalmente cayó bajo uno de mis misiles.

No obstante no estábamos solos aún, ya que el guardián seguía allí y tampoco habíamos destruido la calavera de la pared. Sin perder más tiempo arrastré a Andrew hasta el anillo y lo saqué de allí con la esperanza de que los demás me siguiesen al momento. Tras unos instantes apareció Kanon bastante debilitado pero mi sorpresa fue mayúscula cuando tras varios instantes después apareció Ian llevando a Lilith inconsciente entre sus brazos. Su expresión desgarrada y sus lágrimas me dejaron claro que su huida había resultado ser más difícil de lo esperado.
Para mayor seguridad nos escondimos en una pequeña sala-cárcel para poder descansar.
Cuando terminé con mis meditaciones y volví a estar plenamente consciente, me encontré a Ian entrenando rabiosamente, totalmente empapado en sudor y con una en el rostro de absoluta determinación.




En el instante mismo en que se dio cuenta de que estaba despierta, se tiró en un rincón a descansar quedándose profundamente dormido en el acto. Pobre Ian, empezaba a temer que todo aquello estuviese resultando demasiado para él.

Cuando todos nos repusimos lo suficiente decidimos que no podíamos dejar aquello a medias. Kanon e Ian tenían especial interés en terminar con el guardián y aunque  no entendía del todo aquella obsesión por “patearle el culo” (según palabras textuales de Kanon), no podía negar que yo tenía curiosidad por ver con más detenimiento todo aquello.

Obviamente terminamos con el guardián y pudimos revisarlo todo con mas tranquilidad.
La ultima puerta por la que había querido salir Paldemar resultó estar cerrada y tras intentarlo todos una y otra vez finalmente fue Ian quien, a base de fuerza bruta,  consiguió abrirla. Boquiabiertos ante tal demostración de fuerza bruta seguimos revisando el resto de la estancia… Todos menos Kanon que seguía mirando fijamente a al joven y sin reprimirse más le preguntó: -¿Por qué entrenas tanto últimamente? – Pues para mejorar, siempre se puede mejorar. ¿Tu no quieres ser mejor Kanon?-
Les dejé metidos en un pequeño debate y me dispuse a revisar a fondo el cuerpo sin vida de Paldemar. No había gran cosa excepto su vara, tan poderosa como la mía pero decorada con múltiples calaveras talladas. Aparte de eso encontramos un orbe que reventó en las manos de Andrew dejándolo únicamente con una maldición saliendo de su garganta. También encontramos en los aposentos de Paldemar un cofre lleno de monedas, un libro de conjuros y un pergamino de conjuros a medio hacer. También había un mapa al que no presté mucha atención ya que mis ojos no se habían apartado del pergamino. Oí a Lilith que decía algo respecto a una anotación en primordial, idioma que Lilith entendía. Decía algo así: “LUGAR DE PODER”. ”LUGAR DE INTENSA MAGIA”. “LOCALIZAR A KARAVAKOS” . Yo por mi parte ya tenía el pergamino en mi mano y tras concentrarme unos instantes conseguí ver de que se trataba. El espanto se apoderó de mí de tal modo que perdí por un momento la compostura y con un chillido tiré el pergamino al suelo y acto seguido lo quemé. Ante la mirada de los demás respondí: -Parecía ser un ritual para extraer toda la fuerza vital arcana de una persona con el fin de transferírsela a otra… Monstruoso…-

Finalmente llegamos de nuevo a la entrada de aquella maléfica construcción y tras destruir el último anillo salimos de allí, llevándome la llave conmigo y viendo como la puerta se cerraba hasta desaparecer. Nadie diría nunca que allí se escondía algo tan aterrador.

Tras asearnos y volver a tener un aspecto presentable realizamos varias visitas.

Primero fue la Compañía de la Gema Profunda donde nos indican sin disimular su asombro, que no tienen nada que ofrecernos a cambio de la vara de Paldemar.

Andrew propuso entonces ir a la tienda de Guendar y todos accedieron con una media sonrisilla. No entendí muy bien a que venía aquello. Mas tarde me arrepentiría de entrar:
Andrew: -¿hay algo mágico que nos puedas ofrecer a cambio de esta vara?
Guendar: - Si, ahora que lo mencionas hay una magia en el ambiente- con una sonrisa y clavando los ojos en mí.
Yo: -Pufffff… No hay nada que hacer aquí. Vámonos.
Gendar se vuelve hacia Kanon diciendo- Ains, puro fuego…-
Salí de la tienda preguntándome a mi misma porqué seguía entrando...

Orontor nos recibió con mejor apariencia que la última vez que lo vimos.
Orontor: -Supongo que debo daros la enhorabuena-
Kanon: -Digamos que hay un mago del que ya no debe preocuparse.
Orontor: -Se lo ha ganado.
Decidimos contarle nuestra aventura y finalmente le enseñamos el mapa. No le contamos nada sobre la vara, ni el libro de hechizos ni tampoco sobre el pergamino).
Tras un largo rato estudiando el mapa con el ceño fruncido finalmente levantó la vista diciendo: - Espero que estéis interesados en algo mas. Esto no acaba aquí. Si Paldemar estaba interesado en esto, el peligro es mucho mayor-
-¿Quién es Karavakos?- Preguntó Kanon
Orontor se quedó mirando unos instantes al mapa y dijo: -Oí… o leí una vez, que era un poderoso mago tiflin, pero ese relato es muy antiguo, demasiado para que ese mago aún esté vivo. Los mágicos de Saruun os estaríamos muy agradecidos… Lo que me recuerda que soy hombre de palabra.- Chasqueó los dedos y apareció una bolsa llena de monedas de oro que Lilith guardó con las demás.
-He movido algunos contactos. Acercaos mañana a la tienda de Azael, tiene algo para vosotros.- Y sin mas explicaciones se fue.

Decidimos que era un buen momento para descansar así que, sin perder un segundo nos fuimos directos a la posada de Rendil para una buena cena…