miércoles, 8 de junio de 2011



Diario de Andrew Wiggin

Decimoquinto día de Eleint, 1479 DR

Nuevos indicios atraen de nuevo nuestra atención hacia la Fortaleza. Parece que la secta de cultistas que perseguimos no es la que el Sumo Sacerdote me encomendó destruir. No obstante, la influencia de Shar sobre sus seguidores parece mezclarles con el plano de las sombras, rompiendo el flujo natural de la vida y la muerte. Así que esta dilación en mi encargo no contraviene mi misión de acabar con aquellos que se oponen a los designios de Kélemvor.

Después del encuentro que tuvimos con el cultista disfrazado de tendero, nos dirigimos a pernoctar a la posada donde Earsel y yo descansamos la última vez que estuvimos aquí, antes de unirnos a nuestros nuevos compañeros. Ellos también habían pasado por allí, apenas un par de noches después de nosotros, por lo que pudieron confirmar la impresión que tenía de que la posada estaba más vacía que de costumbre. Kanon comentó que echaba a faltar la presencia de la elfa que habíamos visto sentada al extremo de sala. Se permitió la chanza de insinuar que era "la elfa que se moría por él", pero no debió ser exactamente así, pues Astaroth soltó un contundente y divertido "NO", mientras que Lilith susurraba "te hizo la cobra". Incluso me parecio ver una sonrisa irónica en los labios de la posadera, quien se había acercado a darnos la bienvenida. Le preguntamos por ella, pero apenas pudo darnos más datos. Apenas su nombre, Ninaran, y su alojamiento, una cabaña al noroeste de Refugio Invernal.

Cansados, decidimos irnos a dormir y organizamos turnos de guardia para velar nuestro sueño y, en el caso de Lilith, su meditación. Parece que esta raza no necesita descanso físico, les basta con sumirse en un estado de trance en el que reflexionar, lo que sus compañeros catalogaron, como "descargarse actualizaciones". Curioso concepto, no terminé de comprender la analogía, quizás se refiriese a algún tipo de ritual de los eladrin.

A la mañana siguiente, oímos unos golpes en la puerta. Astaroth, quien hacía la última guardia, fue a abrir. Allí encontró un sirviente de Valthrum, quien nos traía el mensaje de que su señor había encontrado nuevas y ominosas informaciones en su biblioteca. Kanon remoloneaba en su camastro, por lo que Astaroth decidió arrojarle un balde de agua. Sin duda, en las tierras de donde proviene nuestro compañero tiflin las costumbres deben ser muy distintas de las nuestras, pues cogió el primer utensilio con líquido que vió, un orinal.

Tras las abluciones matutinas, bajamos a desayunar. Astaroth solicitó a la tabernera un vaso de Pataya que es, como cantan los bardos, el mejor brebaje para la batalla. El aroma de pan recién hecho levantó un comentario unánime de nuestras compañeras "ummm... rico". Mientras dábamos cuenta de las viandas, interrogamos a la posadera sobre las costumbres de Ninaran. Por lo que nos contó, solía pasar mucho tiempo en la posada, sentada e ignorando cualquier intento de conversación, mientras permanecía atenta a todo y a todos. Astaroth musitó en un lenguaje bárbaro algo que sonó como "umm.. that's suspicious..." Según me contó luego, el extraño dialecto era Een-Gleesh. Nos dirigimos hacia la torre del sabio, mientras el tiflin tarareaba una canción, cuya letra estaba también en aquel dialecto extranjero y hablaba de tierras lejanas: "We're off to see the Wizard. The Wonderful Wizard of Oz. " No lo entendí, nos dirgíamos a ver a un sabio, no a un mago, y nuestro camino no era de baldosas amarillas, sino de adoquines corrientes. Extrañas costumbres, los tiflin...

Una vez allí, Valthrum nos contó lo que había descubierto en su biblioteca. Según contaban las crónicas, la Fortaleza del Páramo Sombrío antes se conocía como la Fortaleza de Keegan. La había erigido un valeroso caballero, Harold Keegan, quien asesinó a su familia y amigos antes de maldecir la fortaleza. Según la olvidada historia, se trataba de un cazador de dragones que se había enfrentado a Shadraxil en tiempos remotos. Siendo imposible derrotarlo, lo atrajo hasta la fortaleza y allí consiguió retenerlo mientras realizaba un ritual oscuro para atraparlo en el reino de las Sombras. Aunque logró su propósito, el dragón consiguió extender su influencia hasta nuestro plano, sembrando la mente de Keegan de dudas acerca de su familia y amigos, de modo que parecieran traidores a sus ojos. Esto consiguió enloquecer al caballero, quien asesinó a su esposa e hijos, junto con sus amigos más cercanos, hasta que la guardia de la fortaleza consiguió detener la matanza forzando a Keegan a recular hacia los sótanos, de donde no se le volvió a ver más, pese a las pártidas de búsqueda que se enviaron por el castillo y sus alrededores. El rey mandó cazar a otro dragón de las sombras, uno más joven, y enterrarlo en la comarca, sembrando el falso rumor de que su tumba era en realidad la de Shadraxil, para esconder bajo este cuento el verdadero destino del gran dragón, e hizo derruir la fortaleza.

Esta historia me causó gran inquietud. Sin duda, el portal que pretenden abrir los cultistas pretende traer de vuelta a Shadraxil. El único consuelo que me queda es que no se trata de un dragón no muerto, como era mi temor, si bien está trayendo la oscuridad de las sombras a este mundo. Interrogamos a Valthrum sobre Ninaran, pero no nos aportó ninguna pista.

Tras despedirnos del sabio, nos dirigimos hacia la cabaña de la elfa. Por el camino, los pájaros entonaban una extraña cancioncilla y, de repente, nos descubrimos haciendo un extraño bailecillo consistente en mover mucho los brazos haciendo círculos, primero alternativamente a la altura de nuestras cabezas mientras el codo se apoya sobre la mano contraria y después con ambos brazos paralelos al cuerpo frente al pecho. Me preguntaba si sería producto de la magia de Shar, pero mis compañeros me aclararon que se trataba de una antigua tonada de una bardo cuyo nombre era CampoDePelucas, o algo similar (Wigfield, Whigfield... )

Al acercarnos a la cabaña, Kanon percibió el aullido de tres lobos, y a un par de dracos rodeando la cabaña, en cuyo interior se percibía una silueta tras los cortinajes. El semielfo estaba concentrado observando los alrededores, pero parece que su atención era excesiva y mal enfocada, pues me pareció oirle contar las ramas de un abedul... Earsel lanzo un proyectil mágico a uno de los lobos, negro como la noche, mientras el otro mordía a Kanon en la pantorrilla, sacándole de su ensimismamiento, lo que provocó que éste soltara un juramento indicando que haría sus deposiciones sobre su loba madre. Observando a los lobos, ví que estos parecían medio difuminados, como emanando sombra. Sin duda, estaban tocados por el poder de Shar.
El primer lobo mordió a Earsel, mientras Lilith golpeaba a un draco. Astaroth intentó flanquear al lobo que estaba entretenido con la pierna de Kanon, pero este se difuminó en un borrón y apareció de pronto a su lado, intentando aprovecharse de la sorpresa y morderle. El tiflin consiquió golpear al lobo, y nos hizo saber que no parecían animales corrientes, el golpe que había asestado le había producido una sensación extraña, densa, como si el lobo no estuviera del todo ahí. Engendros de las sombras, sin duda. Elevé una plegaria a Kélemvor, y una lanza de fé golpeó al animal, arráncandole un aullido de dolor, mientras el semielfo intentaba lanzar una flecha doble a otro lobo. Uno de los dracos atacó a Lilith, y observé que una sombra se movía tras las ventanas. Aún dudábamos si la elfa estaba en peligro, o el peligro al que nos enfrentábamos estaba conjurado por ella. Mientras nuestros compañeros fallaban sus ataques, Lilith decidió teletransportarse dentro de la cabaña, pera recabar la ayuda de Ninaran o acabar con su traición. La elfa no se vió intimidada por la repentina presencia de nuestra señora de la guerra, más bien al contrario, levantó su arco presta a atacar.

En el exterior, mientras Astaroth fallaba un "florero arteo", Kanon atacó al lobo que había herido yo anteriormente, matándolo al impactar profundamente las flechas en su cuerpo, lo que hizo desaparecer a la criatura. Engendros de Shar, no había duda...Me desplacé para atacar al lobo más cercano, pero éste se desvaneció en las sombras como había hecho el otro, intentado morderme al reaparecer. Un draco aprovechó para flanquearme, el otro mordía a Astaroth, cuando sentimos un protectil mágico sobre nuestras cabezas procedente de Earsel. Sin duda, Tymora no nos estaba favoreciendo esa mañana... Mientras el lobo intentaba morderme, Kanon recibió un impacto que lo dejó debilitado, por lo que usé mi plegaria de Faro de Esperanza para intentar sanarle.

En el interior de la cabaña, Ninaran había dejado claras sus intenciones al atacar a Lilith con su arco. Esta la persiguó y consiguió arrinconarla en una esquina de la cabaña, esquivando una flecha de la elfa que salió volando por la puerta. La elfa, al verse atrapada, soltó su arco para atacar a la eladrin con su espada corta,fallando su golpe, mientras Lilith musitaba "puta asquerosa". Sin duda, el alto linaje de su raza dota de vigor a sus lenguas.

De repente oí una maldición. Astaroth había sido cegado por el mordisco de un lobo, pero usando su impacto hábil consiguó devolver el golpe. Invoqué el resplandor divino de mi dios, dañando al lobo y al dracónico que nos acechaban, lo que aprovechó Earsel para invocar una esfera flamigera cerca de nuestros adversarios. Pese a que esta falló su impacto, nuestra elfa pudo situarla junto a ellos, lo que provocó que el pelaje sombrío del animal se chamuscase y el draconido rugiese por el escesivo calor que desprendía.
Mientras el tiflin conseguía recuperar la vista, Kanon puso dos flechas en su arco, golpeando al lobo y al otro dracónido, lo que incitó al tiflin a hacerme una chanza acerca de que los semielfos eran "los chonis de los elfos". Me pregunto que significará ese apelativo, me temo que pueda tener algo que ver con el curioso aspecto que presenta nuestro amigo con sus mallas. Estos pensamientos debieron distraer mi atención, pues un lobo logró penetrar mis defensas, dejándome malherido. Murmurando una plegaria a Kélemvor, alcé mi medallón y el resplandor divino hirió al lobo, inspirando además a Astaroth, quien se lanzó al ataque con un grito de "me gusta", acompañado de una extraña mueca en su rostro, con los labios estirados y los ojos muy abiertos... sin embargo, no logró acertar su objetivo. Kanon, con sus espadas, golpeó al draco mas cercano, descuartizándolo , mientras Earsel movía la esfera intentando sin éxito dañar a nuestros enemigos.

De repente, oímos un ruido de cristales rotos. Ninaran había saltado por la ventana, huyendo de la eladrin, quien había aprovechado para goleparla mientras saltaba. En su carrera, la elfa intentó golpear al semielfo, quien la esquivó saltando a un lado grácilmente. Uno de los lobos restantes se acercó a morderme, mientras me recuperaba usando mis nuevas energías de los golpes recibidos. Sin embargo, el animal no observó que se colocaba junto a la esfera flamígera de nuestra maga, chamuscándose. Astaroth esquivó al otro lobo, matándole al contraatacar mediante su floreo artero, mientras Lilith hería a Ninaran con un poderoso mandoble. Kanon, con una flecha bien dirigida, dió cuenta del draco restante y Earsel abrasó al lobo que me atacaba son la esfera. Ninaran se detuvo en su carrera para golpear traicioneramente a Lilith, quien la devolvió el golpe. Astaroth mató al lobo restante, por lo que la señora de la guerra nos invitó a acercarnos a atacar a la elfa oscura, bajo la promesa de un refrigerio "venga, venid, haremos merienda-cena". Earsel y yo intentamos golpearla desde la distancia, pero Ninaran esquivó nuestros hechizos y emprendió la huida hacia la espesura. Dado que sólo nuestra maga podía competir con ella en velocidad, intentamos golpearla mientras corría perseguida por Lilith, usando nuestros últimos esfuerzos, pero sólo Astaroth consiguió acertar su objetivo. La señora de la guerra se puso a su altura, permitiendo que la elfa la golpease para aprovechar a introducir la hoja de sus espada entre las piernas de la traidora y alzarla, seccionando ropa, piel y músculo de la pierna de la elfa, quien cayó al suelo mientras manaban borbotones de sangre del tajo.

Kanon se acercó, increpando: "por que corres", lo que provocó que la elfa le lanzara un escupitajo sanguinolento. Intentamos sonsacarle información, pero sólo nos masculló que no éramos rivales para Kalarel, entre insultos y maldiciones. En un último acto de furia, se mordió la lengua para ahogarse en su propia sangre. Astaroth propuso registrar su cadaver y que la tocásemos. Como decía, extrañas costumbres, estos tiflin... Pese a su traición, tuve que reconocer su valor para acelerar el viaje hacia los dominios de mi señor. Musité una plegaria en silencio para que su espíritu fuera acogido por Kélemvor. Aunque quizás se suicidase porque sabía que su destino sería peor si sobrevivía y sus amos descubrían que les había fallado.

Al examinar la casa, encontramos una espada larga y 39 monedas de oro, que recogimos junto con el arco que había tirado al verse acorralada. Había además un pergamino con el símbolo de Shar que rezaba así:
"He recibido tu informe sobre los aventureros. La próxima vez que los veas pon fin a su entrometimiento. Mezcla la sangre de 10 personas con el elixir que te trae mi mensajero. Luego dibuja este símbolo en el suelo de un cementerio y derrama el líquido sobre las lineas. Eso te debería proveer de una fuerza que los pare. Estoy casi a punto de terminar, asegúrate de que nadie me interrumpe como ya sabes, si vienes al segundo nivel de la fortaleza, la contraseña es “En el suelo, algo mágico ha sido hallado.”

- Kalarel."






Poco más encontramos, un par de candelabros que examinos por si había algo en su interior. Volvimos a Refugio Invernal, donde Lilith se dirigió a la armería para comprar una ballesta y un carcaj de saetas.

De vuelta en la posada, reflexioné sobre nuestra situación mientras rezaba mis plegarias diarias a Kélemvor. Sin duda, el mal acecha en las ruinas de la Fortaleza del Páramo Sombrío. Espero que podamos detenerlo antes de que asole estas tierras y amenace el resto de Faerûn.

- Andrew -