domingo, 9 de diciembre de 2012

"El idioma infernal suena en mis oídos como el dialecto Hital-hiano de los nómadas de las praderas de Rhoma."

No sé por qué, pero ese es el pensamiento que me vino a la cabeza tras tener en las manos el Libro de la Ira Revelada que conseguimos tras derrotar al demonio Barlgura. Ese extraño libro encuadernado en piel humana y escrito en idioma infernal hacía que se me erizara el vello de la lengua, pero era uno de los artefactos que necesitábamos para poder proseguir nuestro camino en el interior del Pozo de los Demonios.

De hecho, lo cogí yo y lo metí en mi mochila ya que mis compañeros recelaban mucho de llevar el libro, sobre todo Lilith, a la que le daba especial mal rollito. Andrew echó su vomitona diaria ( ya sabemos que nuestro clérigo tiene ese extraño ritual... ) mientras descansábamos en una de las estancias cercanas, no sin antes asegurarla para no tener sorpresas en este lugar. Nuestras fuerzas estaban bastante consumidas tras las luchas sucesivas que habíamos llevado a cabo.

Ian y yo decidimos hacer la primera guardia ( aunque posteriormente descubrimos no sin cierto cabreo que Earsel era capaz de estar en plena forma durmiendo cuatro horas igual que Lilith, con lo que se acabaron nuestras guardias forever and ever... ). Pero pronto nos dimos cuenta de que no iba a ser un descanso placentero precisamente: a los pocos minutos de comenzar nuestra guardia, un extraño zumbido empezó a resonar en el aire, hasta el punto que todos nuestros compañeros se despertaron.

El zumbido fue aumentando en intensidad, y de repente, el infierno se desató a nuestro alrededor.



Los muros de piedra negra de la estancia parecieron disolverse, y ante nuestros ojos apareció una escena infernal: ríos de sangre cayendo de cataratas, torturas inenarrables, demonios de aspecto grotesco... Mira que estoy acostumbrado a cosas horribles ( al fín y al cabo veo a Andrew en ropa interior por las mañanas, es lo que tiene nuestro pequeño grupo ), pero ví cosas por las que estuve a punto de perder la razón.

Tal como vino, desapareció a los pocos instantes, y volvimos a la estancia con muros de piedra negra. La experiencia me dejó muy tocado, y cuando me fui recuperando, vi que Easel y Andrew también habían quedado muy tocados, mientras que Ian y Lilith parecían estar más enteros.

No teníamos muy claro si la culpa de esa visión o lo que fuera la tenía el libro claramente maligno que habíamos encontrado, o el hecho de haber intentado descansar en este lugar ( o las dos cosas ). Pero como estaba claro que allí no podríamos descansar en condiciones, decidimos volver con Terrlen, llevarnos a Daisy, el Jabalí Terrible que habíamos rescatado y que él lo llevara de vuelta al Salón de las Siete Columnas, y nos repartimos la recompensa que ofrece la compañía de la Gema Profunda por él.

Antes, y haciendo gala de mis grandes dotes con los animales, calmé al animal, que inmediatamente se mostró amistoso conmigo.



Durante el camino de vuelta por hacer algo de charla y relajar el ambiente tras la visión, Andrew nos fue contando cosas sobre un material llamado "Cleenex", que por lo visto tiene grandes capacidades de limpieza e higiene personal... ¿?

Pero algo raro ocurrió. Nada más salir del Pozo noté como si mi mochila pesara menos. Inmediatamente la abrí y comprobé su interior. No, todo estaba allí, mi kit de aventurero, los cetros solares, las raciones de hierro... ¡un momento! ¿ Donde está el libro ? ¡Había desaparecido! Tuvimos una horrible sospecha que después se confirmaría ( el libro había vuelto a su pedestal de origen y no se podría sacar del Pozo ).

Cuando llegamos al lugar donde estaba Terrlen esperando se sorprendió de vernos tan pronto, pero tan pronto le explicamos la situación y partió de vuelta al Salón, nos dispusimos a descansar. En esta ocasión el descanso fue reparador, aunque cuando nos pusimos en marcha para volver al Pozo, mis compañeros decían que a ver si hacía algo con mis ronquidos... en fín, será mi parte humana. Alguna vez he intentado entrar en contacto con mi parte élfica y meditar como Earsel y Lilith, pero por lo visto lo único que consigo es poner cara de monguer.

Tras un buen desayuno, en el que Lilith nos ilustró con sus conocimientos sobre dragones y por qué nunca podrán tener patas de lagartija (¿¿??) emprendimos el camino.

Lo primero fue comprobar que efectivamente el libro de marras había vuelto a su pedestal, pero esta vez yo fui más reticente en llevarlo y fue el buenazo de Ian el que se ofreció a meterlo en su mochila. Tras esto, fuimos hacia la puerta cerrada junto al cercado donde estaba el jabalí. Esta nos llevó a un pasillo oscuro que se bifurcaba en dos direcciones, una de ellas comprobamos que volvía a la estancia donde nos habíamos enfrentado a los tentáculos, mientras que la otra se adentraba en la oscuridad.

Con la luz del bastón de Earsel guiándonos, y el terrorífico eructo de las hienas de fondo, avanzamos al interior del Pozo. Tras un par de recodos, vimos una zona iluminada al fondo. Aunque intentamos ir con sigilo, Earsel de repente, y quizá por los nervios, se puso a cantar a voz en grito la canción tradicional flammenkha "¡¡¡VAMOS VAMOS CON SIGILO!!!", con lo que todo el elemento sorpresa se nos fue al garete again.

Al llegar a la estancia iluminada, nos dimos cuenta que la luz no parecía provenir de ningún sitio en concreto, con lo que su origen era claramente mágico. Restos de sangre estaban por todo el suelo e iban desde un par de puertas dobles cerradas hasta el otro lado de la estancia y se perdían en un recodo de la misma.

Sin apenas darnos tiempo a nada, nos invadió un escalofrío y tres figuras espectrales surgieron del charco de sangre del centro de la estancia. Nos quedamos quitos mirándolas esperando algún ataque, pero este no se produjo. Al contrario, las figuras nos miraban fijamente, y dos de ellas levantaron la mano a modo de saludo.


Uno de ellos parecía un humano de barba negra, vestido con una cota de mallas destrozada y una herida que atravesaba todo el costado. El segundo ( el que no levantó la mano para saludar ) era un enano con armadura completa y con el yelmo cubriéndole el rostro. El tercero era una elfa vestida con ropajes verdes y un bastón, aunque los ropajes parecían casi deshechos mostrando la carne medio derretida debajo ( eghs... ).

La elfa fue la primera en hablar, decía llamarse Mendara. Le preguntamos que si la sangre que estaba en el suelo era suya y con expresión triste dijo que sí, y se puso a contarnos las andanzas y hazañas de su grupo en el Pozo. Andrew preguntó a los espíritus que qué es lo que hacían en este lugar, y la respuesta fue que "para restaurar el orden". Mendara nos preguntó que qué hacíamos nosotros aquí, y fue Andrew quien respondió que para "liberar a los esclavos y acabar con el mal de este lugar", mientras no le quitaba ojo al símbolo de Torm que llevaba visible el humano.

El enano se presentó entonces como Sir Terris, paladín de Amaunator. Lilith les preguntó si podían prestarnos algún tipo de ayuda en nuestra tarea, pero la expresión de escepticismo que mostraron no fue una buena señal. Andrew avanzó y hablando a Mendara, le dijo que "quizá vuestras hazañas no sean tan grandiosas si caísteis en este lugar". La expresión de la elfa se tornó irónica mientras decía un lacónico "quizá tengas razón".

La verdad es que no estaba yo muy diplomático a esas alturas y lo único que me salió, dirigiéndome al humano fue que "si la herida de su pecho se la había hecho una cucaracha terrible". El humano me lanzó una mirada fulminante, pero no pareció prestarme atención. En cambio,se puso a hablarnos a todos: "Este lugar es un campo de pruebas, para probar vuestra valentía y sabiduría. Deberéis colocar cada uno de los cuatro objetos, la máscara, el libro, la hoja y la campana, en los símbolos rúnicos del centro del Pozo. Cada objeto se encuentra en cada uno de los puntos cardinales. Una vez lo hayáis hecho, se abrirá el Sancta Sanctorum, el lugar sagrado de los adoradores de Baphomet. Una vez usados, todos los objetos volverán a su lugar original. Los objetos no pueden salir del Pozo, por si pensáis sacarlos de este lugar. Mucha suerte ante los retos que os esperan, aventureros."

Tras esto, desaparecieron ante nuestros ojos. Así que, nos dispusimos a explorar la parte central del Pozo.


Encontramos un pequeño templo dedicado a Baphomet, tras cuyo altar descubrí una piedra suelta que ocultaba un pequeño cofre, y la primera de las runas en el suelo. Earsel lo abrió y descubrimos una buena suma de monedas y varias gemas. Este lugar es algo lioso y mientras lo explorábamos oímos las amargas quejas de nuestra cartógrafa Lilith mientras decía "¡mierda, me he vuelto a equivocar con el mapa!". Llegamos a un pasillo central, con el suelo y las paredes manchados de sangre reseca y una especie de marca en todo el largo del pasillo, como si algo grande y pesado se hubiera arrastrado por el mismo...

También vimos unas celdas con esqueletos encadenados, y la segunda runa en el suelo. Para abrirnos una posible via de escape, intentamos romper los oxidados barrotes, pero todos mis compañeros fracasaron, hasta que yo fui capaz de doblarlos con mis impresionantes músculos de semielfo. Incluso Earsel se cortó con los barrotes y Andrew tuvo que ponerle una tirita.

En otra estancia descubrimos cuatro estanques con líquidos de colores ( azul, verde, rojo y amarillo ) y la tercera runa en el suelo. Earsel, tras inspeccionar los líquidos, nos comentó que el rojo proporciona resistencia y velocidad, pero hace que pierdas precisión, mientras que el verde proporciona resistencia a venenos. Andrew añadió que el amarillo parece ser muy tóxico, y que el azul parece ser simplemente agua con colorante azul. ¿ Qué hacen estos estanques aquí ?

Otra estancia más y descubrimos una cámara con estatuas medio en ruinas, y la cuarta runa. A todo esto, de cada una de las estancias, parte un pasillo que lleva a unas puertas dobles cerradas, asumimos que las cámaras donde están las pruebas mágicas para poder conseguir los objetos.

En el centro de toda esta estancia descubrimos dos altares y un foso enorme y sin iluminar que se pierde en la negrura, y del que no se ve el fondo... glups, por si acaso no me acercaré mucho. Tras esta divertidísima descripción, decidimos ponernos en camino por el pasillo norte, en dirección a la segunda de las pruebas.

Llegamos a unas puertas dobles, y nada más abrirlas nos encontramos con una especie de cortina negra. Con cuidado, retiramos la cortina y pasamos a la siguiente estancia.


Nos encontramos en una sala con columnas dispersas, y con espejos en las cuatro caras de cada columna. Enseguida nos percatamos que esos espejos no eran normales, como pronto íbamos a averiguar. Ian avanzó primero, y empezó a notar como una extraña fuerza tiraba de él hacia uno de los espejos.

Andrew, quizá por inspiración kelemvoriana, cerró los ojos y gritó "No miréis los espejos", y disparó a uno de ellos. Yo seguí su ejemplo, pero ni su disparo ni el mío rompieron el espejo. Abrí los ojos un momento y me dí cuenta que ya no estaba donde estaba, y oía a mis compañeros gritando mi nombre y diciendo "¡ha desaparecido!".

Sin apenas darme tiempo a reaccionar, Lilith apareció a mi lado, quizá transportada por el espejo igual que yo a otro lado de la estancia. Delante nuestro había una cortina negra más grande que la de la entrada, pero decidí no entrar en ella sin saber lo que había detrás. Lilith se giró y vió una imagen terrorífica de sí misma que la dejó tocada ( por lo visto se vio muy gorda o algo así ).

Desde donde estaba oía los disparos mágicos de mis compañeros, supongo que intentando destruir los espejos, así que intenté destruir alguno de los que tenía cerca, pero una extraña oleada de fuerza contraatacó desde uno de ellos y me dejó atontado. Lilith sí que fue capaz de destruir la magia de uno de los espejos, que apagó su brillo sobrenatural y dejó de mostrar reflejo alguno.

En ese momento, y con un extraño resplandor, Lilith volvió a desaparecer de mi vista. Lo siguiente que supe es oir la voz de Andrew gritando "¡no ataquéis los espejos!¡cerrad los ojos, moveos, pero no los ataquéis!"

Con los ojos entrecerrados, pude ver como Andrew se reunía conmigo, e Ian hacía lo propio algo después. Pero, ¿donde estaban Earsel y Lilith? ( Luego nos contaron que habían sido transportadas a una especie de celda interdimensional donde tuvieron sus más y sus menos con un Gnoll, del que dieron buena cuenta. Aunque bueno, luego hicimos la coña de que en realidad se habían estado enjabonando desnudas la una a la otra... ).


Una vez los tres juntos, decidimos cruzar la cortina por un lateral sin descorrerla, para evitar el peligro de los espejos... y nos encontramos con un par de esqueletos con ganas de guerra en una estancia con un altar y un par de columnas. En la estancia había tan poco espacio que tuve que tirar mi arco al suelo y sacar mis dos espadas cortas.

Tras una corta pero intensa refriega, Ian dio cuenta de uno de ellos y yo del otro, y nos dispusimos a investigar el altar. Ninguno sabíamos qué había sido de Earsel y Lilith, pero sospechábamos que la solución al enigma estaba allí... y fue Andrew quien se dio cuenta de una hendidura del tamaño de una mano de minotauro en la base del altar. Tras pulsarla y oir un pequeño zumbido, pareció no pasar nada, hasta que oímos las voces de nuestras compañeras que parecían venir de la entrada de la estancia, al otro lado de las columnas con espejos.

Andrew les gritó que no miraran los espejos ni los atacaran, no sea que la volviéramos a liar. Mientras, encima del altar, ví una máscara hecha de madera negra. La cogí en las manos. Ya teníamos el segundo objeto.



Un nombre resonó en mi mente cuanto la tuve en las manos: "El rostro de Baphomet". Salimos de la estancia con cuidado de no mirar los espejos restantes, pero con las prisas de irnos, se me olvidó que había tirado el arco al suelo, así que tuve que hacer un viajecito de vuelta...

Tras reunirnos con nuestras compañeras y ver con alivio que estaban sanas y salvas ( sobre todo Ian, que se empeñó en revisar que Lilith estaba ilesa ), le mostré a Earsel la máscara por si le sonaba de algo, pero se encogió de hombros sin saber nada de ella. Con expresión dubitativa, Lilith dijo que le parecía haber leído algo sobre ella, y que aparentemente proporcionaba visión en la oscuridad, cosa que nos podría ser útil...

Decidimos tomar un descanso breve, pero de nuevo tuvimos un sobresalto. En medio de la nada apareció un   enorme minotauro espectral, que emitió un terrible gemido al vernos y desapareció tan pronto como había aparecido. Vale, esta vez ha sido sólo un susto, pero este condenado lugar está empeñado en que no descansemos...

Así que decidimos encaminarnos hacia el oeste, y hacia la tercera de las pruebas. Tras llegar a unas puertas dobles y abrirlas, nos encontramos con una estancia bastante terrorífica...


Dos estanques llenos de sangre están ante nosotros, dos estatuas de minotauros de piedra con un enorme látigo en las manos están en dos pedestales en la parte central de la misma, y otros dos pedestales en el fondo de la estancia tienen una hoja de una espada y una empuñadura... Pues aquí está nuestro tercer desafío.

Pero....

Antes de que pudiéramos dar un sólo paso, mi vista se fijó en el estanque de sangre delante nuestro, el tiempo justo para ver como unas extrañas formas oscuras se removían bajo la superficie.

Lo único que me dio tiempo a articular fue un "¡¡¡¡¡Cuidado, en el estanque, hay unos...!!!!!!"......................................................



Kanon el Fidedigno Rematador de Medianas Intimidadas con Sigilo

0 comentarios:

Publicar un comentario