sábado, 16 de junio de 2012

Ordinator arcanis
Ordinator Arcanis
Antes de llegar a la Posada de la Media Luna, Rendil nos iba contando historias del lugar; se notaba que acostumbraba a tratar con viajeros y el relato se hacía ameno. El Salón de las Siete Columnas era un vastísimo mercado donde se llevaba a cabo la compraventa de todo tipo de bienes y servicios de dudosa legalidad en las ciudades que habíamos conocido hasta ahora, pero las leyes en este lugar eran distintas. Los mágicos de Saruun habían limpiado y acondicionado el lugar hace varias décadas, y eran ellos los responsables últimos de mantener el orden. En particular nos habló de la figura del Ordinator Arcanis, un puesto que va ostentando uno de los mágicos de Saruun cada cierto tiempo, y que media en las disputas dando un juicio incuestionable. Para proteger su identidad lleva una máscara sin gesto cubriendo su rostro, lo que además le otorga de cierto aire misterioso que lo distancia más aún de los ciudadanos de a pie que habitan el salón.


Orontor
Orontor
Una vez pasada la zona de Las Casillas, donde notamos un cierto ajetreo (parecía una de las zonas más oprimidas del salón), Rendil nos advierte sobre uno de los hombres que dejamos atrás: uno de los Mágicos de Saruun llamado Orontor, que destacaba de entre la multitud que lo rodeaba por su túnica bordada, su semblante serio y su pelo extremadamente oscuro y lacio, lo que en conjunto le daba una apariencia de más edad de la que seguramente tenía. Nos habla también sobre la zona de Las Aduanas al pasar por ella, un lugar dedicado al cobro de los impuestos y tasas de las operaciones comerciales de la zona, controlado por el ogro Grug, al que vemos a lo lejos de risotadas entre un grupo de gente. La verdad es que este ogro parece disfrutar de una posición cómoda en el salón, por donde va despreocupadamente.

-         - Cada cual se busca la vida en el laberinto como puede.  – Rendil hablaba como un guía o un profesor; le gustaba que le prestásemos atención.- Aquí se reúnen todo tipo de razas (tanto de la superficie como de la infraoscuridad) para comerciar entre particulares o empresas, el nexo de toda esta actividad es el Salón de las Siete Columnas. No es para nada recomendable visitar el Laberinto por vuestra cuenta y riesgo, pero si sois curiosos hay bastantes guías entrenados que con toda seguridad os podrán ayudar en una visita.

A medida que avanzamos hacia la posada vemos diferentes puestos comerciales. Me llama la atención el de la Compañía de la Gema Profunda por el detalle con el que los enanos que la componen han labrado la piedra. Vemos también algunos complejos residenciales, uno de ellos muy lujoso y prácticamente vacío. El mediano nos comenta que seguramente se trate de un comerciante que esté tratando directamente con los Mágicos de Saruun, de ahí su trato preferente. Pese a lo majestuoso de algunas construcciones y a la amplitud de la zona, no puedo evitar encontrarme algo incómoda: no puedo dejar de pensar en los cientos (¿miles?) de pies de piedra que están sobre nuestras cabezas, y la falta de luz natural hace que me encunetre algo confusa. ¿Cómo habrán llegado los habitates del Laberinto a acostumbrarse a no saber cuándo es de día?
Seven Pillared Hall
Las linternas verdes del Salón de las Siete Columnas


Female halfling
Erra Medialuna
Por fin llegamos a la posada, que cuenta con un ambiente muy acogedor gracias a luz cálida de las lámparas y a los clientes que allí se encuentran (por suerte, no hay ni rastro de la luz verdosa de las linternas del camino). Ninguno de ellos pertenece a una raza de origen oscuro, lo que rompe la norma general de lo que hemos podido ver hasta ahora. Rendil debió ver la sospresa en nuestras caras, y se apresuró a puntualizar (no sin cierto orgullo en su tono de voz) que ellos no impiden la entrada a nadie, sino que son las razas “no mallignas” las que libremente suelen elegir su posada para hospedarse. Las criaturas oscuras parecen preferir otra posada del Salón llamada el Salón de Baile de Rohtar. Se muestra extrañado de la osadía que muestran al haberse acercado tanto al Salón últimamente. Nos habla también de un lugar llamado La Cámara de los Ojos, situado en la profundidades del Laberinto y donde él cree que se reúnen sus atacantes, por lo que le preguntamos si nos podría facilitar un mapa hasta ese lugar. El mediano asiente y nos dice que lo tendrá en el menor tiempo posible, y que tenemos alojamiento y comida en su posada mientras estemos en el laberinto. La tía de Rendil, Erra Medialuna, nos recibe amablemente y nos conduce hasta las habitaciones que nos han preparado (una triple y una doble), que decidimos repartirnos según sexo por ser la manera más sencilla y menos comprometedora (sobre todo vistos los apetitos de algún humano…).


Tras pasar la noche, los medianos nos siguen contando historias sobre los Asaltantes Sangrientos: cómo evitan la ley siempre que pueden, las fundadas sospechas sobre tráfico de esclavos que despiertan y sus reuniones en el Salón de los Ojos. Ante nuestra insistencia para llegar a este lugar, Rendil nos habla de Terlen el Buscador, un guía experimentado que según él nos podría llevar hasta cualquier punto del Laberinto.

Torog
Símbolo de Torog
Como conseguir el mapa llevará tiempo, decidimos aprovechar el día para conocer algo más el Salón de las Siete Columnas; quizás alguno de los comerciantes nos pueda ofrecer alguna información útil… Entretanto, Earsel nos cuenta lo que ha estudiado sobre este lugar. En origen se trataba de la ciudad de Saruun Khel, el centro de un reino minotauro opresor que acabó sucumbiendo a las luchas internas (eso explica cosas como las estatuas que vimos a nuestra entrada o un símbolo del culto a Torog, el rey reptante, que encontramos en nuestro paseo). Tres siglos después, el lugar había adquirido un carácter diferenciado con sus comercios y sus leyes propias.


Drow
Gendar
Un cartel con letras élficas llama nuestra atención: “Curiosidades y reliquias de Gendar”. Entramos, animados por la posibilidad de encontrarnos con un comerciante afín a nuestro pequeño grupo, cuando lo que vemos al otro lado del mostrador es un oscuro drow con un parche en el ojo que hace que me recorra un escalofrío por toda la espalda. No es el tipo de situación con la que quiero lidiar en un lugar como éste, no me veo capaz de mantener una acitud correcta, así que salgo de la tienda sin dar explicaciones a nadie. Preferiría no sentirme así, quizás con el tiempo lo consiga, pero ahora tengo demasiadas cosas en la cabeza como para intentarlo.

Tras un rato que se hizo más largo de lo que esperaba, los demás salen de la tienda (Earsel reprime con dureza a Andrew, no sé si quiero saber por qué). En resumen, Gendar les comenta que tiene la certeza de que los Asaltantes Sangrientos se dedican al tráfico de esclavos. Mis compañeros llegan a un acuerdo con él: la ayudamos a recuperar una daga que perdió contra su líder, llamado Krand, y él nos proporcionará más información. Krand… el remitente de aquella carta…

Después entramos en el comercio de “Dreskin el proveedor”. El humano que lo atiende no nos puede comentar mucho más de lo que ya sabemos, pero decidimos aprovechar la visita y que éste parece ser el principal proveedor de alimentos del laberinto para equiparnos para el inminente viaje con varias raciones de comida.

A la salida divisamos la Torre de Saruun, un alto torreón con ventanas y puertas sólo en la parte superior. Está claramente diseñado para que sólo puedan acceder a él quienes dominan la magia. Un poco más adelante, en nuestro camino de vuelta a la Posada podemos ver por fin el Salón de Baile de Rothar del que nos había hablado Rendil. No tiene nada que ver con la Posada de la Media Luna; este edificio es de construcción más tosca y está realizado con materiales que parecen estar extraídos del laberinto y apenas trabajados.


Female dragonborn
Surina
Llegamos a la Posada para comer. Mientras disfrutamos de los guisos, no soy a única que se da cuenta de la presencia de una dracónida de aspecto cuidado, que come sola en una mesa y a la que nadie se acerca. De repente, Kanon se levanta de la mesa y oímos un chillido, seguido de una pequeña figura que sale corriendo del comedor. Kanon nos dice que se trataba de un pequeño kobold al que había visto recibir pagos de manera sospechosa por parte de alguno de los comensales. Ante lo extraño de la gente que aquí se encuentra, decidimos preguntar a Erra, que nos cuenta cosas interesantes sobre estos dos personajes:
  • El kobold se llama Charrak, y trabaja como mensajero en el salón. Se vale de su pequeño tamaño para pasar desapercibido, y es él mismo quien encuentra a sus posibles clientes.
  • La dracónida se llama Surina y es bruja; llegó al salón con mucho idealismo, una actitud que en general no gusta por aquí. Es seguidora del dios Gond y vino con la idea de utilizar el salón como base de la lucha contra la infraoscuridad.
Gond
Símbolo de Gond
Vamos al templo de Gond con cierta curiosidad para ver si la encontramos, ya que entretanto ella ya había terminado su comida y pagado. En el templo, la encontramos meditando en los bancos. Vemos también a una humana de unos 35 ó 40 años, Palendra, que luego supimos que era la encargada del santuario (gracias a las "buenas migas" que hizo con Andrew...). Aprovechamos que los dos clérigos se van al dormitorio de ella (¿?) a que ella le haga un masaje especial con ungüentos (¿¿??) para hablar con Surina. Se nota que está bastante desesperada por al aparente apatía (o directamente rechazo) de la gente frente a su causa, pero lamentablemente no nos puede proporcionar ninguna infirmación de interés, por lo que la dejamos con sus rezos cuando Andrew vuelve sonriendo complacido y con cara de haber encontrado cierta paz interior.

Por suerte, una vez de vuelta en la Posada para la hora de cenar, el mediano nos había conseguido ya el mapa. Ahora sólo quedaba coger fuerzas ya que el día que nos esperaba parecía intenso...

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