martes, 18 de octubre de 2011
La noche no podría haber sido menos placentera. El único lugar que pudieron considerar seguro, el tramo de escaleras escondido entre puertas secretas que comunicaba las estancias de Balgron el gordo con el pasillo inferor, provocó que todos se levantasen con cierto descanso mental, si no así físico.


El camino a seguir a continuación fue fruto de debate en cuanto todos hubieron desayunado unas sencillas raciones y recogido sus pertenencias. Astaroth parecía inclinado a averiguar que se escondía tras la puerta de doble hoja que dejaron intacta tras su último encuentro, pero el resto del grupo parecía decidido a emprender la limpieza de la caverna de las criaturas que Balgron les había mencionado. Todos tuvieron a bien bautizar en función de las descripciones a los seres como "cucarachones", que como pronto descubrirían era un nombre que no les iba nada mal.

Pusieron rumbo pasillo abajo, de vuelta a la estancia donde habían luchado con las ratas y con la Jalea Ocre, para continuar hacia el sur por un estrecho pasillo. Cada vez era más notorio que aquella parte del complejo de la fortaleza tenía más de natural que de construida, y en ésta parte de las cuevas a la luz de las antorchas apenas si se veía la mano de hombre o enano que hubiera horadado la piedra. Los aventureros parecían haberse levantado aquella mañana un tanto espesos, pues sólo Andrew, que entre sus cualidades no solía destacar una atención al entorno muy aguda, se percató de los restos de un foso al que casi cae uno de sus compañeros. Al fondo de foso, de unos 10 pies de profundidad, Astaroth vió los fragmentos de lo que probablemente había sido una losa falsa de la trampa, y unos cuantos huesos y caparazones quitinosos de una criatura con 6 patas largo tiempo descompuestos. También advirtió Andrew a sus compañeros de un pequeño montículo sospechoso de tierra un poco más adelante que probablemente escondía otro foso, cosa que ratificó Kanon tras mirarlo detenidamente. Tras avanzar unos cuantos pasos más a todos les llega un fuerte olor reptiliano (autentico origen de las criaturas llamadas cruthik de las que les habló el goblin), al mismo tiempo que Earsel les advierte de unos horribles sonidos chirriantes, que si bien todos han escuchado, sólo la elfa afirmó con convicción que se trataba de al menos 7 criaturas a cierta distancia a su derecha.

Nada más dar la vuelta a un recodo del túnel, Astaroth divisa a 4 de esos seres y puede escuchar a otros tantos fuera de su linea de visión. Al avanzar hacia ellos, centrado en el inminente combate, no había percibido otro de los fosos trampa, que se abrió bajo sus pies. Sin remedio, el tiflin se precipitó cayendo 10 pies y ahogando un grito de dolor al aterrizar. Los demás que le seguían de cerca, decidieron poner más atención a dónde ponían los pies de ahora en adelante.


El "cucarachón" mayor tomó la iniciativa, lanzando unas espinas en dirección a Lilith que no obstante tuvo la presencia de animo para levantar el escudo en el último momento y evitar así el primer envite. Dos de las criaturas más pequeñas cargaron emitiendo un chillido chirriante consiguiendo herir a Lilith una de ellas mientras la otra erraba su ataque sobre Kanon. Andrew y Earsel, son atacados y aislados inesperadamente por mas cruthik que salieron de pequeños túneles en las paredes. La maga respondió rápidamente con un conjuro de manos ardientes, consiguiendo achicharrar a una criatura dejando un intenso olor a carne carbonizada en el ambiente. Las criaturas restantes, se revolvieron contra ella hiriéndola en una pantorrilla.

Mientras el combate se sucedía, Kanon y Lilith no paraban de intercambiar chanzas dignas de un matrimonio malavenido. Tal vez por esa razón el siguiente ataque del "cucarachon" adulto consiguió superar las defensas de Lilith y acertarla de pleno. La Eladrín sintió como el golpe iba cargado de veneno que trataba de entrar en su organismo, pero sin llegar a conseguirlo (gracias a Mámaster según nuestros aventureros). Kanon por su parte fijó como objetivo a una de las criaturas medianas, y para asombro de todos los presentes (incluido él mismo), ensarto al bicho con dos flechas al tiempo.

Una vez Astaroth salió del foso, acudió en ayuda de Andrew, que se veía acosado por varios cruthik, y entre el escudo divino de el padre Wiggin y un par de ataques de flanqueo bien colocados del pícaro, dieron buena cuenta de dos de ellos. Kanon no pierde el tiempo y vuelve a intentar de nuevo su impacto gemelo visto su éxito anterior, aunque sin repetir la misma suerte. Una flecha no obstante se clavó hondo con un chirrido resultante por parte de la criatura. El cucarachon adulto, vista la amenaza, responde con furia atacando a Kanon y a Andrew con suerte dispar. Las púas envenenadas aciertan al semielfo explorador que sentía como sus movimientos comenzaban a mostrarse más lentos como resultado de la toxina que recorría sus venas.

Los hechizos mágicos, los poderes divinos, las flechas, y dagazos y espadazos se sucedían sin cesar mientras el numero de cruthic parecía ir mermando. Los aventureros iban recibiendo golpes y cortes de los miembros quitinosos de los cruthik y en ocasiones dolorosos moriscos. Y Kanon no fue el único en probar el veneno de la criatura reptiliana adulta, pero finalmente, con un ataque encadenado de Earsel, Kanon y Lilith el último de ellos mordió el polvo.

Quizá lo mejor de acabar con ellos fue que cesara el desagradable chirrido que emitían esas extrañas criaturas, aunque el botín que habían tenido a bien dejar abandonados los cuerpos de los incautos goblins que se habían adentrado tanto en la cueva no estaba mal tampoco, total, no lo iban a hechar de menos y los aventureros seguro que le buscaban pronto un buen uso!

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