domingo, 26 de agosto de 2012
15:17 | Publicado por
Oona |
Editar entrada
De la que te has librado, Andrew |
Nos despertamos aliviados tras el descanso en el campamento
donde se refugiaba Terrlen, aunque al ver las caras de los esclavos a quienes
acabábamos de liberar comprendimos que para ellos sí había sido un sueño
reparador, probablemente el primero del que disfrutaban en meses. Me alegré al
verlo, ya que no siempre podíamos saber de primera mano cómo afectaban nuestras
andanzas a la gente de a pie, y era alentador
ver que tanto esfuerzo tenía un sentido. Antes de partir de nuevo al
Fuerte del Cuerno llevé a cabo un último intento para sanar a Andrew del mal
licántropo que lo aquejaba, y por fin se vio libre de él. Tenía el
presentimiento de que no era lo peor con lo que nos podíamos encontrar, así que
lo más sabio era que llegáramos en la mejor condición física y mental posible.
Habían pasado 8 ó 9 horas aproximadamente, era difícil
saberlo en aquella oscuridad, pero en cualquier caso era tiempo suficiente para
que los esclavistas hubieran recuperado las posiciones que tanto nos había
costado ganar en el fuerte, así que nos acercamos de la manera más cauta
posible por el camino por el que habíamos llegado la primera vez. Kanon se
adelantó, y nos hizo señas ya que todo parecía estar despejado. Poco a poco
vimos que los duergar no habían decidido desplegarse de nuevo, ya que los dos
fortines que ya conocíamos estaban tan despejados como los habíamos dejado
horas atrás. Eso quería decir que seguramente nos esperaban atrincherados en el
tercer fortín, aquél que se levantaba al otro lado de la sima conectado por dos
estrechos puentes que partían desde nuestra posición.
Los puentes hacia el tercer fortín |
Comprobamos las puertas de ambos puentes: la del primero era
más estrecha, por lo que decidimos asegurarla bloqueándola con muebles ya que
era una posición más fácil de defender. El segundo puente era el doble de ancho
y Kanon y Earsel se asomaron para tratar de ver qué nos esperaba al otro lado,
pero la antorcha que había a mitad de camino sólo les dejaba ver algunas
rendijas de luz que se colaban por los quicios de puertas y ventanas. Sabían
dónde estábamos, y nos estaban esperando.
Así, pero con mesas |
Kanon se armó de valor y decidió tratar de acercarse sin ser
visto, pero los duergar son criaturas de la noche y para ellos no supone ningún
problema avistar a una figura en movimiento al amparo de la oscuridad, por lo
que pudieron herirlo un par de veces antes de que lograra protegerse
manteniéndose pegado a las puertas del fortín, desde donde nos hizo señas
advirtiéndonos de lo peligroso que resultaba acercarse por esta vía. No
podíamos dejarlo solo en esa situación, por lo que hicimos caso a la idea de
Andrew de avanzar protegiéndonos con un par de mesas de gruesa madera que se
encontraban en la estancia. En primer lugar iban Ian y Andrew y justo por
detrás Earsel y yo, y empezamos a avanzar. Kanon logró desviar uno de los
disparos, pero desde entonces los duergar comenzaron a disparar con más cautela
y el semielfo no pudo hacer nada por facilitar nuestro avance. Varios virotes
se clavaron en la primera mesa, y aunque Andrew resultó levemente herido, la
mesa cumplió su función de evitar la mayor parte de los ataques. Una vez junto a las puertas pude oír perfectamente a los
duergar intercambiándose órdenes. Estaba claro que estaban tomando posiciones,
por lo que teníamos que entrar cuanto antes. La maga trató de abrir la
cerradura pero en su lugar la inutilizó, por lo que cargué contra las pesadas
placas de madera con la ayuda de Ian y Kanon. Las puertas se abrieron entre
chirridos, y en ese momento pudimos ver a lo que nos enfrentábamos.
El ataque de Earsel abriendo boca |
En la estancia que se abría ante nosotros había dos duergar
ballesteros, dos guardianes y otros dos enemigos armados con una ballesta que,
si bien se asemejaban externamente a los duergar, daban la impresión de
tratarse de algún tipo de creación mágica (probablemente homúnculos). Todo esto
lo vi en una fracción de segundo, ya que en el momento en el que las puertas se
abrieron Ian se vio alcanzado por uno de los ballesteros, y cuando quise ver
qué había pasado, los enemigos de la sala se retorcían entre las llamas de una
bola de fuego mágica. Entramos abriéndonos paso entre lluvias de flechas y
fuego, y vimos que tras una de las puertas apareció un nuevo guerrero que ataca
a Ian. Además de lanzar púas de fuego de la barba, descubrimos que estos
duergar son capaces de envolverse en llamas antes de atacar, lo que los hace
aún más peligrosos. Por si fuera poco, apareció un duergar teúrgo lanzando
virotes de fuego. La batalla se conviertió entonces en un caos de fuego,
flechas y golpes, y la capacidad de invisibilidad de los duergar con ballesta
no nos ayudaba precisamente. Algunos enemigos caían, pero lo peor estaba por
llegar…
Duergar teúrgo recibiendo a las visitas |
Cuando creíamos estar empezando a tomar el control de la
situación, el teúrgo nos mostró su poder provocando una lluvia de azufre que
nos tiró violentamente al suelo dejando a Ian y Kanon inconscientes. Andrew
consiguió levantarlos, aunque pese a esto la lucha en este punto se había
complicado bastante. Tras algunos golpes, el teúrgo nos volvió a atacar con una
explosión de humo tóxico que nos dejó cegados, y por lo que pude oír, también a
algunos de sus compañeros duergar, que comenzaron a proferir maldiciones.
Contra él. Por lo que se ve, estas criaturas no son de fiar ni para sus
semejantes. Me vi obligada a luchar a ciegas, pero no sirvió de nada. En ese momento el teúrgo volvió a hacer llover
azufre sobre nosotros, derribándonos de nuevo. Teníamos que acabar con él o no
saldríamos de ahí. Un momento más tarde, por fin pude recuperar la vista junto
con el resto de mis compañeros, momento en el cual la maga acabó con dos de los
duergar congelándolos. Conseguimos reponernos y avanzar posiciones hasta el
teúrgo y uno de los homúnculos, ya que el resto han caído, y por fin el maligno
hechicero cayó tras varios ataques de Andrew, Kanon y míos. Una vez muerto el
teúrgo, pudimos acorralar fácilmente al homúnculo y acabar con él.
Andrew en sus mejores sueños |
En ese momento y tras asegurarme de que mis compañeros se
encontraban razonablemente bien para lo dura que había resultado la refriega, para
mi sorpresa Kanon y Andrew empezaron a discutir sobre la necesidad de llevar a
cabo ciertos comportamientos relacionados con la religión del humano. Por
suerte, tras deshacerse de los cadáveres nos percatamos de la existencia de una
puerta aparentemente en desuso en el fondo de la estancia, y dejaron de
discutir. Pese a su extraña habilidad con las cerraduras, Earsel no fue capaz
de abrirla, pero en ese momento el clérigo hizo una sorprendente demostración
de fuerza cargando contra la puerta y abriéndola. Probablemente posea fuerzas
de tipo mágico otorgadas por su dios, porque desde luego es tan enjuto que
nadie apostaría por él en una prueba de fuerza. Algunos de los compañeros
comenzaron a hacer chanzas sobre “el cura fortachón que no sabe de religión”. Supongo
que algunos podrían decir que formamos un extraño grupo.
Un wight con mal despertar |
La puerta se abría a unas escaleras ascendentes de piedra,
que dejaban la sima abierta a nuestra derecha. Al final de las escaleras había
una puerta que en esta ocasión estaba abierta, dejando ver lo que parecía sea
una especia de capilla con una enorme estatua central que representaba un
minotauro. Earsel y yo intercambiamos comentarios sobre ella porque nos parecía
el mismo tipo de deidad que ya habíamos podido ver en más ocasiones en grabados
y relieves en el camino entre la cámara de los ojos y la fortaleza. La estancia
era bastante amplia aunque ocupada en gran parte por escombros debido al estado
de abandono en el que se encontraba, y al final aparecía una puerta de hierro
oxidada que despertó la curiosidad de Kanon. Mientras se acercaba no tuvo
tiempo de ver cómo algunos cadáveres del suelo en los que no habíamos reparado
de levantaban para atacarlo. Eran un total de cuatro, equipados con armaduras y
cascos y con unas temibles garras con las que empezaron a atacar al semielfo.
Por lo que después pude comprobar yo misma, el ataque de estos seres te iba
quitando literalmente la vida con cada golpe, como si el espíritu se te fuera
escapando. ¿Quizás alguno de estos wight fuera en origen un aventurero como
nosotros? Eran rápidos y peligrosos, así que todos nos dispusimos a ayudar al
compañero herido. Andrew en particular parecía poseído por una furia interna,
la misma que ya le habíamos visto en otras ocasiones luchando contra no
muertos, y que hacía que su apariencia fuera más temible (teniendo en cuenta lo
frágil de su envergadura, digamos que hasta podría pasar por un humano normal).
La batalla fue rápida, aunque tan cruenta que no nos dejó
apenas fuerzas para seguir adelante, por lo que decidimos tomar un descanso,
que falta nos hacía. Pese a tratarse de no muertos, estos wight eran seres
racionales hasta cierto punto, y seguían ciertas pautas en combate que algunos
describirían como tácticas bien planeadas, por lo que acusábamos bastante
desgaste físico y mental. Decidimos que la misma sala donde habíamos encontrado
y dado muerte a estos seres era el lugar más adecuado para descansar: pese a no
tener ningún tipo de comodidad se trataba después de todo de una habitación que
claramente hacía mucho tiempo que nadie utilizaba, con lo que en principio
podíamos estar a salvo de los duergar durante unas horas.
Etiquetas:
Andrew,
Earsel,
Fortaleza duergar,
Ian,
Kanon,
Lilith,
Salón de las Siete Columnas,
Terrlen
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Blog Archive
-
►
2013
(25)
- ► septiembre (2)
-
▼
2012
(22)
- ► septiembre (2)
-
►
2011
(19)
- ► septiembre (1)
-
►
2010
(2)
- ► septiembre (2)
Etiquetas
Kanon
Ian
Lilith
Earsel
Derkin
Pirámide de Sombras
Vyrellis
Andrew
Salón de las Siete Columnas
Pirámide de las Sombras
D&D
Dragons
Dungeons
Karavakos
Karvakos
Reinos Olvidados
muerte
Erra Medialuna
Fortaleza duergar
Grick
Medragal
Medusa
Pozo de los Demonios
Prole nefasta
Rendil Medialuna
Terrlen
Vórtice
Acechadores
Astaroth
Banshee
Danna
Dark Stalker
Dotar
Forgotten Realms
Gendar
Gevarn
Ogro
Orontor
Palendra
Señor de las Calaveras
arpía
saguajin
trampa
wight
wraith
0 comentarios:
Publicar un comentario