martes, 18 de octubre de 2011
15:12 | Publicado por
Kanon Tylneren |
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La noche que pasamos a la luz de la luna nos ayudó a tranquilizar nuestros atribulados espíritus después de tantos combates en el interior de la fortaleza, aunque no pudimos mitigar por completo la sensación de que el mayor de todos los males aún nos esperaba allí dentro...
Mientras volvíamos a pasar por la entrada labrada en la roca, Lilith hizo gala de su extraño sentido del humor contando lo que supongo ella tiene por chistes ( puertas al campo y cosas así )... en fín, ya me he acostumbrado al supuesto humor de la señorita de la guerra. Además, decidió robarme en ese momento mis pergaminos con los que relato de forma tan precisa nuestras aventuras, por lo que tuvimos que hacer un alto para que los recuperase...
Por cierto, y sin motivo aparente decidí gritar en voz alta "¡Tylneren!". Cuando todos mis compañeros ( incluso el diarreico Astaroth ) se giraron hacia mí, les dije "....es mi apellido". Vaya, que creí conveniente que lo supiesen, a fin de cuentas, habíamos pasado ya por muchas aventuras juntos ( aunque hay muchas cosas que jamás sabrán de mí, claro ).
Justo al entrar, Andrew y Lilith pusieron sus mapas del interior de la fortaleza en común, ya que el clérigo había sido nuestro primer cartógrafo, aunque la eladrín de la pradera había continuado su labor. Bien, pues había ciertos... problemillas. El tema es que tanto el tamaño, como la perspectiva y el estilo no coincidían entre los mapas de uno y los de otro, así que no había forma humana de que aquello tuviese sentido. Vamos, que los mapas no casaban de ninguna manera, con lo que no hubo más remedio que hacer un pequeño parón hasta que nos aclarásemos de por dónde narices teníamos que ir... Andrew mientras mascullaba entre dientes algo así como "pues yo me aclaro perfectamente"...
Mientras volvíamos al lugar en el que nos habíamos quedado ( la puerta de la que emanaba un hedor peor que un pedo de un tiflin ), recordábamos las frases del pergamino que encontramos ( el que señalaba la posible presencia de Duergar ), e intecambiábamos impresiones sobre lo que nos podía esperar... lo que no era fácil, porque teniendo en cuenta las masacres de enemigos que habíamos cometido dentro de la fortaleza, había un olorcillo que alimentaba saliendo de los montones de cadáveres que empezaban a pudrirse... ( con lo que inevitablemente, alguien dijo que acabaríamos muriendo de alguna enfermedad contagiosa goblin antes que por una espada enemiga... )
Al fin, llegamos a la puerta olorosa. Por dios, que olor tan fantástico emanaba de ella.
Nos armamos de valor ( y de pinzas para la nariz ), y la abrimos. Si fuera olía mal, dentro era indescriptible ( el pis de orco es eau de flogüers comparado ). Suerte que durante mi vida he olido cosas peores en Calimshán, porque de verdad jumeaba que daba gusto. De hecho, mis compañeros no pudieron soportarlo y echaron la raba al unísono ( por cierto, que la bilis de los elfos es verde, debe ser por la saturación de cobre o nosequé mierda de esas ). Cuando se sobrepusieron y tras agotar el desodorante medieval marca Axe, vimos unas escaleras de bajada hacia la oscuridad, así que nos dirigimos hacia la boca del lobo. Mientras bajábamos, mi fino olfato distinguió los diferentes olores nauseabundos de, al menos 15 ó 20 enemigos. Nos íbamos a reir.
Como no veíamos un pijo, Earsel usó su hechizo de luz ( usó la palabra de poder "adelhantegadyetobara" ). Siempre tuve curiosidad por saber de qué material era el cristal de su vara, para poder iluminarse de esa manera, y Earsel me dijo que era de un raro y místico elemento llamado "LED".
Cuando llegamos al final de las escaleras, vimos que el pasillo se dividía en dos rutas: una frontal y otra a la derecha. Decidimos ir por la derecha, total, había que elegir algún camino, pero pronto nos encontramos con el primer enigma. Lilith se fijó en un extraño grabado en el suelo del pasillo. Era una especie de triángulo con tres pictos en cada lado: una mano, un par de espadas y un nomeacuerdodelterceroynoloheapuntado. Por nuestra experiencia, dedujimos que se podía tratar de un activador por presión. En ese momento el gran Dios Mámaster empezó a mofarse de mi arco por alguna razón (¿¿??). En fín, ya sabemos que los dioses pueden ser caprichosos...
A Andrew empezaron a brillarle los ojos y avanzó con una babilla en la comisura de los labios y diciendo "Gññññññ, tocar el dibujo bonitoooo gññññññ", por lo que tuvimos que decirle a Earsel que controlara a su empleado. Empezamos a discutir qué hacer con aquella evidente trampa. Yo ya me había encontrado anteriormente con estos trastos y sé que siempre son malas noticias y que no hay que tocarlos, pero Andrew no estaba de acuerdo, y quería hacer salir cuanto antes lo que fuese que escondía esa trampa. Al final, mientras discutíamos ( esto lo hacemos mucho ), perdimos a Andrew de vista, e impaciente, acabó pisando la placa de presión con la mano ( no pregunteis... )
Sentimos como el mundo se volvía del reves. Un grito desgarrador lleno el aire y penetró hasta nuestra misma alma, y sentimos como nos hacía pedazos. Necesitamos de toda nuestra fuerza de voluntad para aguantar cuerdos, pero afectó especialmente a Earsel, que salió corriendo aterrorizada escaleras arriba ( lo que fue muy poco divertido porque ella llevaba la luz que nos iluminaba, así que Lilith usó uno de sus cetros solares ). Cuando el grito enmudeció, logramos tranquilizarla y volvimos hacia la placa de presión, notamos que algo no iba bien: algo se nos acercaba.
Decidimos explorar un poco más, sólo para darnos cuenta que nos habíamos metido en el Corte Inglés de Castellana Medieval ( pasillos, pasillos y más pasillos como si fuera un jodido laberinto ). De repente, al girar una esquina, nos encontramos de bruces con lo que habíamos despertado: siete zombies putrefactos ( dos de los cuales tenían un aspecto más amenazador que el resto ). Empieza la fiesta...
Por desgracia, cuando empezó la refriega, Earsel estaba mirando las musarañas, porque fue la última en reaccionar. Andrew nos avisó que tuviésemos cuidado, ya que estas criaturas eran inmunes al veneno y a la enfermedad, aunque muy vulnerables al daño radiante. Ey, no es que fuese información de la que pudiéramos sacar mucho partido, pero bueno, siempre es útil tener información sobre nuestros enemigos...
¡Empieza a refriega! Como siempre, fallo mi primer disparo de forma estrepitosa, aunque Lilith es más certera, calzándole una buena guaya a uno de los zombies más amenazadores. Y en ese momento fue cuando vi hacer a Andrew lo que se supone hace mejor un clérigo de Kélemvor: luchar contra no muertos. Con un increíble ataque llamado resplandor divino, acabó con cuatro enemigos de golpe y dejó maltrecho al otro de los zombies más fuertes. Dado que mis compañeros habían dejado a los dos enemigos que parecían más fuertes ya tocados, decidí hacer lo que mejor se me da: rematar enemigos, y acabé con un certero y potente flechazo con uno de ellos, que le atravesó y le dejó un bonito agujero en lo que fue su cabeza.
Lilith decidió mellar su espada con la esquina del muro en una sonora pifia, mientras Earsel nos avisó de la presencia de más zombies que llegaban desde el otro lado de la placa de presión: decididamente había sido un error tocarla. La maga elfa se encargó de uno de ellos con una certera bola de fuego, a la vez que inmovilizaba con su magia a otro de ellos. Entre Andrew y yo acabamos con los dos zombies que quedaban del primer grupo, antes de dirigir nuestra atención al segundo grupo de arrastradores de pies que habían llegado. En apenas un abrir y cerrar de ojos, entre nosotros dos acabamos con la mayoría de ellos, aunque uno de los amenazadores alcanzó a dañarme con una de sus zarpas. Lilith intentó golpearlo, pero se le resbaló la espada de las manos ( y yo que pensaba que estas cosas sólo me pasaban a mí... ) Ya sólo quedaba un enemigo, y entre todos mis compañeros lo dejaron tocado, para queEarsel lo rematase.
En este momento un extraño lapso mental afectó a mi memoria, y desde ese momento recuerdo más vagamente todo lo que ocurrió después ( luego averiguaría que se debió al extraño síndrome de "mecagoenlaputamadrequeparióalbloggerdeloscojonesquemehacortadolaentradaporlamitad" ).
El caso es que seguimos explorando la mazmorra, y notamos que el suelo tenía una extraña ondulación , y tras eso, vimos otro símbolo en el suelo. Antes de liarla parda, dimos la vuelta y seguimos por otro pasillo, no sin antes advertirle a Andrew que se estuviese quietecito con las manos esta vez. Lo malo es que por el nuevo pasillo nos encontramos con otro símbolo, con lo que no nos quedó más opción que practicar un poco de salto de longitud, algo para lo que estoy especialmente dotado.
Lilith fue la primera, y aunque por los pelos, consiguió realizar el salto limpiamente. Andrew fue el siguiente, y aunque no daba el canto de un copper por el veterano clérigo, resultó más ágil de lo que esperaba, y también pasó sin dificultad. El siguiente era yo, y cogí carrerilla y de un limpio salto... no me dí cuenta que el techo era demasiado bajo y me estampané contra el mismo, cayendo justo encima de la trampa. Vale, ya tengo el chichón de todos los días. De nuevo se activó la trampa, pero esta vez todos resistimos el grito gutural, salvo Lilith, que se empieza a hacer caquitas.
Earsel consiguió calmar a Lilith, y tras eso, intentó saltar... pero falló. Cuando nos temíamos lo peor, resultó que no pasó nada esta vez. A lo mejor se han quedado sin pilas estos bichos. Por alguna razón, en este momento comenzamos a tener más confianza con nuestro Dios predilecto ( por mucho que Andrew le rece a Kélemvor ), Mámaster y empezamos a llamarle cariñosamente Mami ( en ese momento oímos el rumor de una lejana tormenta ).
Llegó el momento de saltar otra vez y me dispuse a no cometer el mismo error de antes: esta vez tomé carrerilla y miré hacia el techo antes de saltar... sin darme cuenta de la jodidamente grande mancha de aceite en el suelo. Pegué un resbalón y caí con la rabadilla encima justo de la siguiente trampa. Pues nada, ya la hemos liado otra vez.
Esta vez le toca a Earsel salir corriendo aterrorizada, con tan mala suerte que pisó otra trampa por la que no habíamos pasado, así que más gritos, más daño nos comemos... en fín, ya os lo imaginais. Una vez conseguimos calmarnos, pasamos por encima del símbolo, una vez advertimos que sólo lo puede activar una persona por vez. Earsel usó su conjuro de luz para iluminar un pedrolo de la mazmorra y darnos algo de luz.
En este punto, Andrew y yo nos acercamos a explorar la habitación que habíamos dejado sin explorar tras nosotros, no sin antes recuperarme un poco, ya que con tanto grito y tanta ostia me había quedado maltrecho. Nuestras compañeras se reunieron con nosotros, ya que la estancia era más grande de lo que parecía, y Lilith se vanagloriaba de lo bien que hace mapas con zoom medieval ( no pregunteis qué es eso, que no lo sé... ).
Como digo, la estancia era más grande de lo que parecía, y en ella había 10 sarcófagos, cinco a cada lado de la misma, y una especie de abertura en la estancia, al final de la misma, de la que emanaba un misterioso brillo estrellado. Andrew inspeccionó los sarcófagos y vió inscripciones en dracónido en los mismos, y unos extraños chasquidos que provenían del interior de los mismos. Lilith mientras, se dedicaba a maldecir en voz alta porque había calculado mal el tamaño de los mapas y tuvo que ponerse a pegar unos pergaminos con otros para que el mapa tuviese coherencia.
Avanzamos con cautela, y de repente, cuando estábamos a mitad de la estancia, se abrieron todos los sarcófagos, de los que salieron esqueletos dispuestos a hacernos pupita. Andrew, que ya estaba deseando pelear contra no-muertos estaba que se corría del gusto, oiga. Ocho de los esqueletos sólo llevaban una espada en la mano, pero dos ellos iban mejor protegidos, con cotas de malla y escudos. Earsel y Lilith acabaron con dos de ellos, pero fue Andrew quien usando su poder de expulsar muertos vivientes, hizo harina de hueso con la mayoría de ellos. Ya sólo quedaban dos de ellos.
Mientras uno atacaba a Lilith y la dejaba algo maltrecha, acabé de un flechazo con el otro. Andrew estuvo atento e intentó usar su palabra curadora en Lilith... pero cometió el error de mencionar a Kélemvor, y ya sabemos lo que pasa cuando Andrew menciona a Kélemvor ( dígase esta frase en tono de jodienda... ). Andrew cambió entonces de estrategía y mencionó a otro dios aleatoriamente ( Bahamut ) y mira tú por donde, su poder funcionó y Lilith quedó casi completamente restaurada.
Con todos los enemigos abatidos, nos adentramos en la cámara del final de la estancia. Una luz plateada brillaba desde la cúpula abovedada de la estancia. Inspeccioné los altares, que tenían imágenes de soldados en actitud de rezo, así como en la parte baja de los muros de las paredes. Lilith entonces reconoció algunas de las imágenes como las de la diosa Selune.
En los altares había inscripciones en común: "en la luz, la vida se agita, persevera y resiste a la oscuridad blablabla, y un montón de tonterías sobre lo grande y gorda que es Selune. Earsel se giró y nos advirtió que seguía percibiendo magia proviniente de los sarcófagos. Lilith también percibió otra cosa ( hoy todo el mundo percibe cosas menos yo ), y era un extraño brillo que venía del altar contrario al que estábamos inspeccionando ( me preguntó si tiene ojos en la espalda ). El brillo indicaba un compartimento secreto, en cuyo interior había cinco colgantes fashion de piedra lunar ( que ni mágicos ni nada, sólo hacen bonito ), pero bueno, por si acaso me puse el colgante para estar tope molón.
Pero de repente, dos esqueletos salieron de los sarcófagos más cercanos. Earsel acabó con uno de ellos, pero dos más salieron de los dos sarcófagos de detrás... mierddd...
Un momento... rezos, altares...en ese instante caí en lo que era este sitio. Inmediatamente me arrodillé y recé una plegaria a Selune. Como no es que tenga mucha práctica en eso de rezarle a nadie, pues me salió un poco bizarra, pero el caso es que funcionó: "Oh, gran y gorda Selune, que sí, que sabemos que molas, no permitas que acabemos violados por los huesitos de ahí atrás..."
Según acabé la plegaria, los esqueletos desaparecieron, con el alivio de todos, que ya nos veíamos luchando con esqueletos hasta el juicio final. Así que, sólo quedaba una cosa por hacer: las puertas que estaban al final de la estancia. Estaba claro que nos llevarían a algo importante si esta cámara estaba así de defendida, así que avanzamos decididamente, y abrimos las puertas.
Lo que vimos nos sorprendió a todos y enmudecimos por un momento, ya que al otro lado de las puertas se abrió ante nosotros una estancia presidida por un estrado sobre el que reposaba una especie de sarcófago con la imagen de un guerrero con una espada apuntado a sus pies...
¿ Qué era este lugar ?....
Kanon el Fidedigno ( pero menos por culpa del blogger ).
Mientras volvíamos a pasar por la entrada labrada en la roca, Lilith hizo gala de su extraño sentido del humor contando lo que supongo ella tiene por chistes ( puertas al campo y cosas así )... en fín, ya me he acostumbrado al supuesto humor de la señorita de la guerra. Además, decidió robarme en ese momento mis pergaminos con los que relato de forma tan precisa nuestras aventuras, por lo que tuvimos que hacer un alto para que los recuperase...
Por cierto, y sin motivo aparente decidí gritar en voz alta "¡Tylneren!". Cuando todos mis compañeros ( incluso el diarreico Astaroth ) se giraron hacia mí, les dije "....es mi apellido". Vaya, que creí conveniente que lo supiesen, a fin de cuentas, habíamos pasado ya por muchas aventuras juntos ( aunque hay muchas cosas que jamás sabrán de mí, claro ).
Justo al entrar, Andrew y Lilith pusieron sus mapas del interior de la fortaleza en común, ya que el clérigo había sido nuestro primer cartógrafo, aunque la eladrín de la pradera había continuado su labor. Bien, pues había ciertos... problemillas. El tema es que tanto el tamaño, como la perspectiva y el estilo no coincidían entre los mapas de uno y los de otro, así que no había forma humana de que aquello tuviese sentido. Vamos, que los mapas no casaban de ninguna manera, con lo que no hubo más remedio que hacer un pequeño parón hasta que nos aclarásemos de por dónde narices teníamos que ir... Andrew mientras mascullaba entre dientes algo así como "pues yo me aclaro perfectamente"...
Mientras volvíamos al lugar en el que nos habíamos quedado ( la puerta de la que emanaba un hedor peor que un pedo de un tiflin ), recordábamos las frases del pergamino que encontramos ( el que señalaba la posible presencia de Duergar ), e intecambiábamos impresiones sobre lo que nos podía esperar... lo que no era fácil, porque teniendo en cuenta las masacres de enemigos que habíamos cometido dentro de la fortaleza, había un olorcillo que alimentaba saliendo de los montones de cadáveres que empezaban a pudrirse... ( con lo que inevitablemente, alguien dijo que acabaríamos muriendo de alguna enfermedad contagiosa goblin antes que por una espada enemiga... )
Al fin, llegamos a la puerta olorosa. Por dios, que olor tan fantástico emanaba de ella.
Nos armamos de valor ( y de pinzas para la nariz ), y la abrimos. Si fuera olía mal, dentro era indescriptible ( el pis de orco es eau de flogüers comparado ). Suerte que durante mi vida he olido cosas peores en Calimshán, porque de verdad jumeaba que daba gusto. De hecho, mis compañeros no pudieron soportarlo y echaron la raba al unísono ( por cierto, que la bilis de los elfos es verde, debe ser por la saturación de cobre o nosequé mierda de esas ). Cuando se sobrepusieron y tras agotar el desodorante medieval marca Axe, vimos unas escaleras de bajada hacia la oscuridad, así que nos dirigimos hacia la boca del lobo. Mientras bajábamos, mi fino olfato distinguió los diferentes olores nauseabundos de, al menos 15 ó 20 enemigos. Nos íbamos a reir.
Como no veíamos un pijo, Earsel usó su hechizo de luz ( usó la palabra de poder "adelhantegadyetobara" ). Siempre tuve curiosidad por saber de qué material era el cristal de su vara, para poder iluminarse de esa manera, y Earsel me dijo que era de un raro y místico elemento llamado "LED".
Cuando llegamos al final de las escaleras, vimos que el pasillo se dividía en dos rutas: una frontal y otra a la derecha. Decidimos ir por la derecha, total, había que elegir algún camino, pero pronto nos encontramos con el primer enigma. Lilith se fijó en un extraño grabado en el suelo del pasillo. Era una especie de triángulo con tres pictos en cada lado: una mano, un par de espadas y un nomeacuerdodelterceroynoloheapuntado. Por nuestra experiencia, dedujimos que se podía tratar de un activador por presión. En ese momento el gran Dios Mámaster empezó a mofarse de mi arco por alguna razón (¿¿??). En fín, ya sabemos que los dioses pueden ser caprichosos...
A Andrew empezaron a brillarle los ojos y avanzó con una babilla en la comisura de los labios y diciendo "Gññññññ, tocar el dibujo bonitoooo gññññññ", por lo que tuvimos que decirle a Earsel que controlara a su empleado. Empezamos a discutir qué hacer con aquella evidente trampa. Yo ya me había encontrado anteriormente con estos trastos y sé que siempre son malas noticias y que no hay que tocarlos, pero Andrew no estaba de acuerdo, y quería hacer salir cuanto antes lo que fuese que escondía esa trampa. Al final, mientras discutíamos ( esto lo hacemos mucho ), perdimos a Andrew de vista, e impaciente, acabó pisando la placa de presión con la mano ( no pregunteis... )
Sentimos como el mundo se volvía del reves. Un grito desgarrador lleno el aire y penetró hasta nuestra misma alma, y sentimos como nos hacía pedazos. Necesitamos de toda nuestra fuerza de voluntad para aguantar cuerdos, pero afectó especialmente a Earsel, que salió corriendo aterrorizada escaleras arriba ( lo que fue muy poco divertido porque ella llevaba la luz que nos iluminaba, así que Lilith usó uno de sus cetros solares ). Cuando el grito enmudeció, logramos tranquilizarla y volvimos hacia la placa de presión, notamos que algo no iba bien: algo se nos acercaba.
Decidimos explorar un poco más, sólo para darnos cuenta que nos habíamos metido en el Corte Inglés de Castellana Medieval ( pasillos, pasillos y más pasillos como si fuera un jodido laberinto ). De repente, al girar una esquina, nos encontramos de bruces con lo que habíamos despertado: siete zombies putrefactos ( dos de los cuales tenían un aspecto más amenazador que el resto ). Empieza la fiesta...
Por desgracia, cuando empezó la refriega, Earsel estaba mirando las musarañas, porque fue la última en reaccionar. Andrew nos avisó que tuviésemos cuidado, ya que estas criaturas eran inmunes al veneno y a la enfermedad, aunque muy vulnerables al daño radiante. Ey, no es que fuese información de la que pudiéramos sacar mucho partido, pero bueno, siempre es útil tener información sobre nuestros enemigos...
¡Empieza a refriega! Como siempre, fallo mi primer disparo de forma estrepitosa, aunque Lilith es más certera, calzándole una buena guaya a uno de los zombies más amenazadores. Y en ese momento fue cuando vi hacer a Andrew lo que se supone hace mejor un clérigo de Kélemvor: luchar contra no muertos. Con un increíble ataque llamado resplandor divino, acabó con cuatro enemigos de golpe y dejó maltrecho al otro de los zombies más fuertes. Dado que mis compañeros habían dejado a los dos enemigos que parecían más fuertes ya tocados, decidí hacer lo que mejor se me da: rematar enemigos, y acabé con un certero y potente flechazo con uno de ellos, que le atravesó y le dejó un bonito agujero en lo que fue su cabeza.
Lilith decidió mellar su espada con la esquina del muro en una sonora pifia, mientras Earsel nos avisó de la presencia de más zombies que llegaban desde el otro lado de la placa de presión: decididamente había sido un error tocarla. La maga elfa se encargó de uno de ellos con una certera bola de fuego, a la vez que inmovilizaba con su magia a otro de ellos. Entre Andrew y yo acabamos con los dos zombies que quedaban del primer grupo, antes de dirigir nuestra atención al segundo grupo de arrastradores de pies que habían llegado. En apenas un abrir y cerrar de ojos, entre nosotros dos acabamos con la mayoría de ellos, aunque uno de los amenazadores alcanzó a dañarme con una de sus zarpas. Lilith intentó golpearlo, pero se le resbaló la espada de las manos ( y yo que pensaba que estas cosas sólo me pasaban a mí... ) Ya sólo quedaba un enemigo, y entre todos mis compañeros lo dejaron tocado, para queEarsel lo rematase.
En este momento un extraño lapso mental afectó a mi memoria, y desde ese momento recuerdo más vagamente todo lo que ocurrió después ( luego averiguaría que se debió al extraño síndrome de "mecagoenlaputamadrequeparióalbloggerdeloscojonesquemehacortadolaentradaporlamitad" ).
El caso es que seguimos explorando la mazmorra, y notamos que el suelo tenía una extraña ondulación , y tras eso, vimos otro símbolo en el suelo. Antes de liarla parda, dimos la vuelta y seguimos por otro pasillo, no sin antes advertirle a Andrew que se estuviese quietecito con las manos esta vez. Lo malo es que por el nuevo pasillo nos encontramos con otro símbolo, con lo que no nos quedó más opción que practicar un poco de salto de longitud, algo para lo que estoy especialmente dotado.
Lilith fue la primera, y aunque por los pelos, consiguió realizar el salto limpiamente. Andrew fue el siguiente, y aunque no daba el canto de un copper por el veterano clérigo, resultó más ágil de lo que esperaba, y también pasó sin dificultad. El siguiente era yo, y cogí carrerilla y de un limpio salto... no me dí cuenta que el techo era demasiado bajo y me estampané contra el mismo, cayendo justo encima de la trampa. Vale, ya tengo el chichón de todos los días. De nuevo se activó la trampa, pero esta vez todos resistimos el grito gutural, salvo Lilith, que se empieza a hacer caquitas.
Earsel consiguió calmar a Lilith, y tras eso, intentó saltar... pero falló. Cuando nos temíamos lo peor, resultó que no pasó nada esta vez. A lo mejor se han quedado sin pilas estos bichos. Por alguna razón, en este momento comenzamos a tener más confianza con nuestro Dios predilecto ( por mucho que Andrew le rece a Kélemvor ), Mámaster y empezamos a llamarle cariñosamente Mami ( en ese momento oímos el rumor de una lejana tormenta ).
Llegó el momento de saltar otra vez y me dispuse a no cometer el mismo error de antes: esta vez tomé carrerilla y miré hacia el techo antes de saltar... sin darme cuenta de la jodidamente grande mancha de aceite en el suelo. Pegué un resbalón y caí con la rabadilla encima justo de la siguiente trampa. Pues nada, ya la hemos liado otra vez.
Esta vez le toca a Earsel salir corriendo aterrorizada, con tan mala suerte que pisó otra trampa por la que no habíamos pasado, así que más gritos, más daño nos comemos... en fín, ya os lo imaginais. Una vez conseguimos calmarnos, pasamos por encima del símbolo, una vez advertimos que sólo lo puede activar una persona por vez. Earsel usó su conjuro de luz para iluminar un pedrolo de la mazmorra y darnos algo de luz.
En este punto, Andrew y yo nos acercamos a explorar la habitación que habíamos dejado sin explorar tras nosotros, no sin antes recuperarme un poco, ya que con tanto grito y tanta ostia me había quedado maltrecho. Nuestras compañeras se reunieron con nosotros, ya que la estancia era más grande de lo que parecía, y Lilith se vanagloriaba de lo bien que hace mapas con zoom medieval ( no pregunteis qué es eso, que no lo sé... ).
Como digo, la estancia era más grande de lo que parecía, y en ella había 10 sarcófagos, cinco a cada lado de la misma, y una especie de abertura en la estancia, al final de la misma, de la que emanaba un misterioso brillo estrellado. Andrew inspeccionó los sarcófagos y vió inscripciones en dracónido en los mismos, y unos extraños chasquidos que provenían del interior de los mismos. Lilith mientras, se dedicaba a maldecir en voz alta porque había calculado mal el tamaño de los mapas y tuvo que ponerse a pegar unos pergaminos con otros para que el mapa tuviese coherencia.
Avanzamos con cautela, y de repente, cuando estábamos a mitad de la estancia, se abrieron todos los sarcófagos, de los que salieron esqueletos dispuestos a hacernos pupita. Andrew, que ya estaba deseando pelear contra no-muertos estaba que se corría del gusto, oiga. Ocho de los esqueletos sólo llevaban una espada en la mano, pero dos ellos iban mejor protegidos, con cotas de malla y escudos. Earsel y Lilith acabaron con dos de ellos, pero fue Andrew quien usando su poder de expulsar muertos vivientes, hizo harina de hueso con la mayoría de ellos. Ya sólo quedaban dos de ellos.
Mientras uno atacaba a Lilith y la dejaba algo maltrecha, acabé de un flechazo con el otro. Andrew estuvo atento e intentó usar su palabra curadora en Lilith... pero cometió el error de mencionar a Kélemvor, y ya sabemos lo que pasa cuando Andrew menciona a Kélemvor ( dígase esta frase en tono de jodienda... ). Andrew cambió entonces de estrategía y mencionó a otro dios aleatoriamente ( Bahamut ) y mira tú por donde, su poder funcionó y Lilith quedó casi completamente restaurada.
Con todos los enemigos abatidos, nos adentramos en la cámara del final de la estancia. Una luz plateada brillaba desde la cúpula abovedada de la estancia. Inspeccioné los altares, que tenían imágenes de soldados en actitud de rezo, así como en la parte baja de los muros de las paredes. Lilith entonces reconoció algunas de las imágenes como las de la diosa Selune.
En los altares había inscripciones en común: "en la luz, la vida se agita, persevera y resiste a la oscuridad blablabla, y un montón de tonterías sobre lo grande y gorda que es Selune. Earsel se giró y nos advirtió que seguía percibiendo magia proviniente de los sarcófagos. Lilith también percibió otra cosa ( hoy todo el mundo percibe cosas menos yo ), y era un extraño brillo que venía del altar contrario al que estábamos inspeccionando ( me preguntó si tiene ojos en la espalda ). El brillo indicaba un compartimento secreto, en cuyo interior había cinco colgantes fashion de piedra lunar ( que ni mágicos ni nada, sólo hacen bonito ), pero bueno, por si acaso me puse el colgante para estar tope molón.
Pero de repente, dos esqueletos salieron de los sarcófagos más cercanos. Earsel acabó con uno de ellos, pero dos más salieron de los dos sarcófagos de detrás... mierddd...
Un momento... rezos, altares...en ese instante caí en lo que era este sitio. Inmediatamente me arrodillé y recé una plegaria a Selune. Como no es que tenga mucha práctica en eso de rezarle a nadie, pues me salió un poco bizarra, pero el caso es que funcionó: "Oh, gran y gorda Selune, que sí, que sabemos que molas, no permitas que acabemos violados por los huesitos de ahí atrás..."
Según acabé la plegaria, los esqueletos desaparecieron, con el alivio de todos, que ya nos veíamos luchando con esqueletos hasta el juicio final. Así que, sólo quedaba una cosa por hacer: las puertas que estaban al final de la estancia. Estaba claro que nos llevarían a algo importante si esta cámara estaba así de defendida, así que avanzamos decididamente, y abrimos las puertas.
Lo que vimos nos sorprendió a todos y enmudecimos por un momento, ya que al otro lado de las puertas se abrió ante nosotros una estancia presidida por un estrado sobre el que reposaba una especie de sarcófago con la imagen de un guerrero con una espada apuntado a sus pies...
¿ Qué era este lugar ?....
Kanon el Fidedigno ( pero menos por culpa del blogger ).
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