domingo, 15 de septiembre de 2013
5:50 | Publicado por
Kanon Tylneren |
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Tras la trampa en la que nos habíamos metido en aquella habitación con gas venenoso, tuvimos claro que necesitábamos descansar. Cada vez más me costaba seguir adelante, como si aquella condenada pirámide nos estuviera absorbiendo la vida poco a poco. Abrí los ojos, dispuesto a seguir adelante y vi los mismo rostros de cansancio en mis compañeros. ¿Cuánto tiempo llevábamos aquí metidos? ¿Días, semanas?
Empezaba a perder la noción del tiempo transcurrido. ¿Y si nos ocurría como a los demás habitantes de este sitio y nos quedábamos aquí atrapados para siempre? Naaah, seguro que Ao no privaría a Faerun de mi presencia...
Tras lavarme los dientes me puse la mochila y me coloqué el carcaj. Por cierto, no puedo dejar de notar que no he visto a mis compañeros lavarse la boca jamás... deben de tener telarañas a estas alturas. Bueno, menos Derkin, que seguro que el aguardiente enano hace de antiséptico.
Volvimos a la habitación donde estaba la aparición de Kárvakos en el escritorio que Lilith se encargó de hacer astillas, pero tras una rápida inspección nos dimos cuenta que allí no había nada, así que proseguimos por el pasillo que se abrió misteriosamente al salir de aquella habitación. Earsel se iba quejándo amargamente de no haber encontrado entre tantos libros que hay en la pirámide la continuación del famoso libro "El comercio del queso", ya que por lo visto se quedó en un lugar muy interesante el relato. Ummm, supongo que un día le pediré que me lo preste a ver si es tan interesante como dice...
Llegamos a una puerta cerrada y tras acercarme con sigilo y usar mi percepción de semielfo, oí una especie de gemidos y lamentos al otro lado. Les hice señas a mis compañeros para que se acercaran con sigilo, por favor pero como viene siendo habitual, no tienen muy claro lo que es esa palabra, y esta vez fue Lilith quien a voz en grito se acercó diciendo "VES COMO PUEDO SER SIGILOSA?". Ains.
Abrimos la puerta y lo que nos encontramos nos revolvió el estómago. Ante nosotros había un pasillo que acababa en un muro en el que formas humanas y rostros se retorcían y gritaban, como sufriendo una indescriptible agonía. El lugar estaba en la más completa oscuridad, sólo iluminada por mi linterna flotante, fabricada por el maestro Hover Craft. Aquellos gritos y chillidos no eran naturales y nos hacían daño, como si fueran ataques místicos.
Intentamos alejar aquellos gritos de nuestra mente mientras avanzábamos hablando de algún tema trivial, como por ejemplo, un posible embarazo de Lilith y los pequeños guerreros nadadores de Ian. Por alguna razón que no entiendo este tema no era muy del agrado de Lilith... están locos estos eladrines.
Seguimos avanzando. Los gritos y chillidos seguían haciendo mella en nosotros. Aquellos pasillos se bifurcaban, giraban, se retorcían... parecía que nos habíamos metido en un laberinto. Pero la "calma" pronto acabaría. Tras girar un recodo nos encontramos cara a cara con un enemigo demasiado familiar: un esqueleto de cuatro brazos. Pero al ser uno sólo no tuvo nada que hacer frente al ataque combinado de los cinco, y acabo reventado y esparcidos sus huesos por el suelo.
Sin embargo, otro de esos cabrones apareció en ese momento justo detrás de mí, y apenas me dió tiempo a responder con una flecha. Derkin soltó una maldición porque por lo visto le habíamos dejado a oscuras con nuestros movimientos (y dijo algo relativo a que si lo habíamos hecho porque no se había echado el desodorante Axe para enanos y guerreros, a lo que Ian respondió musitando que él no se echaba desodorante sino que se rasuraba las axilas con el hacha... ouch).
El esqueleto me dió de lleno con sus cuatro cimitarras y oleadas de dolor recorrieron mi cuerpo. Noté como mi cuerpo se curaba gracias a Lilith, pero justo cuando me disponía a levantarme, un chillido gutural, mucho peor que el de los muros, nos atravesó como cuchillas. Estábamos muy tocados por ese extraño ataque, pero aún así pudimos acabar con el segundo esqueleto, justo cuando Derkin gritó: "Mierda, hay algo delante de mí!" Tras la gran expresividad del enano estaba un aviso sobre una criatura a la que nunca me había enfrentado: un Banshee.
La criatura salió huyendo tras hacer su ataque, y Derkin salió disparado tras ella, perdiéndose en aquel laberinto. "Derkin, donde vas?" Mierda, mierda, en aquel lugar era fácil que nos perdiéamos de vista unos a otros y eso era lo que estaba pasando. Tras unos segundos oí al clérigo enano "Aquí hay una bansheee!!" decía medio canturreando, y oí ruidos de lucha entre ambos.
Pero cuando llegamos allí, nuestra enemiga estaba preparada. Lanzó de nuevo ese ataque gutural y fue devastador... Ví como Ian y Lilith caían al suelo inconscientes y yo me quedé paralizado de terror, sin poder mover un músculo. Era extraño, el ataque no parecía haber provenido de ella sino de otra dirección... Derkin agitó su símbolo mágico y restauró nuestras energías, y ví como Lilith e Ian se levantaban con esfuerzo.Tras un intercambió de ataques, finalmente fue Earsel quien acabó con ella... sólo para que en ese momento y tras avanzar un recodo, Derkin se encontró cara a cara con otra más. Eso explicaba el ataque anterior.
Incapaz de moverme, hice un enorme esfuerzo por acabar con el terror que me atenazaba y salí corriendo hacia donde oía como Derkin luchaba con nuestra enemiga. Pero tras girar otra esquina, una oleada de fuerza me envió contra la pared. Notaba como empezaban a flaquear seriamente mis fuerzas, y Lilith gritó algo que todos empezábamos a pensar "Vámonos de aquí!" Luchábamos en terreno enemigo y desconocido, y los ataques de los muros y del banshee nos estaban matando, y no sabíamos si había más de aquellas criaturas.
Me levanté, sólo para ver como Derkin se me echaba encima con expresión de terror en su cara, y me empujaba salvajemente al pasar junto a mí. Salí corriendo hacia la salida y cuando llegué ví que era el primero en llegar. Apunté la linterna hacia el pasillo por el que había venido esperando verles llegar, pero pasaban los segundos y nadie aparecía. En esos angustiosos momentos ni me percaté que al salir de aquel laberinto las voces habían dejado de taladrar mi mente.
Al fín, una jadeante Earsel llegó. "Dónde están los demás??" "Detrás... corriendo...dame...un momento..." apenas podía hablar por el agotamiento. "Earsel, dónde están??" insistí mientras enfocaba al pasillo y a ella alternativamente. Al fín, apareció Lilith, y pocos momentos después Ian seguido de Derkin, pero a mitad del pasillo el enano cayó al suelo inconsciente. Ian frenó en seco y agarró a Derkin de la armadura, sacándolo a rastras de aquel lugar.
El enano tenía muy mal aspecto, así que rápidamente le dimos una poción de curación y por suerte, el color volvió a su cara con rapidez.Tras recuperar el aliento, Derkin me dijo que me quedara con su poción, en agradecimiento por haberle ayudado. "Sólo si nos bebemos un aguardiente enano cuando salgamos de aquí para celebrarlo", a lo que respondió con una risotada y diciendo "Ja! Sois unas nenazas, sin mí no habéis podido acabar con el banshee!!". Lilith preguntó a Earsel "Oye, no tienes hechizos guais para anular el efecto de los muros?" Earsel puso expresión de fastidio y negó con la cabeza. "Encima que te subí a caballito..." dijo Lilith.
¿¿¿¿¿¿¿¿????????? A caballito? Qué me he perdido? Además, subir a Earsel a caballito es un poco complicado con lo grandes que tiene las...
Derkin debió entender mi mirada, porque soltó "Lilith tiene las orejas calientes!!!", mientras la susodicha fruncía el ceño igual que hacía siempre que algo le disgustaba. Earsel en cambio no parecía enterarse de qué iba la broma porque miraba interrogativamente a todos. "Bueno, claro, cuando uno corre se le calientan las orejas..." dijo la maga de forma inocente. "Y más cuando uno corre con orejeras!!!!" dijo Derkin riendo estruendosamente. No pude evitar soltar una carcajada, aunque Earsel al fín captó de qué iba todo aquello y le soltó una sonora colleja al enano.
Decidimos volver a descansar ya que habíamos gastado muchos recursos en aquel laberinto. Tras unas cuantas horas de reposo, decidimos volver a acabar lo que habíamos empezado. Aquella banshee nos debía una, y no tardamos mucho en localizarla tras adentrarnos de nuevo en el laberinto. Ian iba en cabeza y gritó "El bicho esteee!!!". Vale, no es muy expresivo a veces, pero tampoco hacía falta una disertación en ese momento...
Le rodeamos rápidamente, y tras un ataque con aquel espantoso chillido, me ví de nuevo impelido a retroceder, con tan mala suerte que tropecé con Earsel, y casi me golpeo con sus... piernas, eso, sus piernas.
Tras rápidos ataques y gritos de Lilith a Ian "Enchúfale a esta!!", es finalmente la propia Lilith quien acabó con aquella molesta criatura. Ahora había que llegar al otro lado de aquel laberinto, y tras poco rato encontramos unas puertas dobles, que eran la salida. Derkin fue el último en salir arengado por Ian "Vamos Derkin mueve el culo!". "Me parece feísimo que me dejéis atrás!" decía el enano jadeando mientras se acercaba a la puerta con una sonrisa en la cara.
Ante nosotros se abría otro pequeño pasillo con unas puertas dobles al final. Intenté percibir qué había al otro lado y me pareció oír unos pequeños cuchicheos, pero no pude entender nada. Derkin abrió la puerta de golpe, mientras los demás nos preparábamos para lo que hubiera allí.
Aquella estancía parecía una habitación, en la que destacaba un cortinaje muy grande con un símbolo bordado de un castillo (que parecía ser un castillo de Netheril, o al menos recordaba a uno). En la estancia había tres puertas, y en el lado izquierdo de la misma, cuatro pilares rodeando una extraña piedra negra, de la que parecía emanar algún tipo de energía maligna.
Earsel avanzó hacia la piedra, pero de repente una extraña energía necrótica salió disparada hacia ella, que emitió un grito de dolor. "Esta piedra... tiene algo que ver con el Páramo Sombrío.", dijo la elfa. "Si... definitivamente los pilares también... auch!!", Lilith se acercó y recibió la misma descarga que Earsel. Earsel se puso a examinar el bordado de la cortina, y se pusoa hablar de Netheril, el imperio perdido y renacido y no se qué más cosas. La verdad es que desconecté un poco porque cuando la maga se pone en plan profesora...
Derkin debió pensar lo mismo. "Raaaaaargh, me voy a cargar un pilar!" dijo de repente lanzándose contra uno de ellos. Lanzó un golpe con su martillo... y creo que nunca he visto a un enano vibrando de esa manera. "DOOONNNNGGGG!!!" fue todo lo que se oyó, mientras el pilar quedaba intacto. "Rrrrreesssssiiiisssssstttteeee elllll coooonnnnnndddddeeennnnaaaaaddddoooooo..." intentó balbucear Derkin.
Y de pronto, se hizo la oscuridad.
Oí los gritos de Earsel, Derkin y Lilith recibiendo golpes contra su cuerpo e inmediatamente algo me golpeó con fiereza a mí también. La vara de Earsel iluminó la estancia, y cuatro criaturas que parecían envueltas en sombras aparecieron ante nosotros.
Empezó la lucha. Tras el primer intercambio de golpes vimos que nuestra posición táctica no era la mejor, ya que estábamos luchando contra los cuatro por separado, en vez de concentrar esfuerzos. Earsel recibió un fuerte tajo de uno de ellos y Derkin gritó "A mi maga ni tocarla!!!" y se lanzó con furia hacia el atacante de la elfa."Si es que eres impaciente pero majo!" gritó Earsel con una sonrisa.
Enzarzados como estábamos, apenas vimos como se abría la puerta que Lilith tenía detrás, y una especie de sombra salió disparada hacia el interior de las cortinas atravesándolas y saliendo por el lado contrario, junto a la piedra oscura. Derkin e Ian vieron como las sombras tomaban una forma humanoide conocida poco a poco. Era Karvakos... pero a la vez no parecía ser él. Con un gesto de la mano, se formó una especie de tormenta de oscuridad en el centro de la habitación, que nos empujó a todos. A mí casi me saca de la estancia, aunque pude mantenerme en pie como pude.
Earsel desapareció tras las cortinas y se hizo la oscuridad de nuevo. Volví a recibir otro ataque en medio de la oscuridad, y empecé a notar mermar mis fuerzas.La luz volvió cuando Earsel salió de detrás de las cortinas no sin cierta dificultad, y ví como su vara emitía una especie de rayos relampaguantes que no había visto hasta ahora. Pero funcionaron muy bien porque tres de las cuatro criaturas gritaron de dolor, así como la propia sombra de Karvakos.
Siguió el combate, Lilith acabó con uno de aquellos acechadores sombríos. Vyrellis abrió la boca en ese momento para soltar una de sus perlas de sabiduría "Parece Karvakos... pero no lo siento". En realidad, todos teníamos la misma sensación. Mirando a Vyrellis dijo con voz atronadora "Pasaréis a formar parte de mi muro de almas!", pero el combate se decantaba a nuestro favor, no sin esfuerzo. Earsel acabó con el segundo acechador y Lilith con el tercero.
Karvakos lanzó un ataque de fuerza que empujó a Lilith, que cayó encima de Ian, arrastrándole. Por un momento se quedaron parados uno encima de otro mirándose así que grité "Eh! Dejad el plan de tortolitos para luego!" Con un disparo certero acabé con el cuarto acechador.
La sombra de Karvakos se quedó sola, pero no por ello era menos peligrosa. Lanzo otra tormenta de oscuridad que nos lanzó a Derkin y a mí al interior de las cortinas, donde ví una estatua que representaba el castillo que aparecía en el bordado del exterior. Una extraña sensación de melancolía por aquel imperio perdido se apoderó de mí, pero el pensamiento se desvaneció cuando ví como un humo negro se filtraba a través de las cortinas
"Coño, es como Karvakos pero en negro!!" gritó Derkin. Nos disponíamos al asalto final contra aquella sombra. Ian y Earsel atravesaron las cortinas seguidos por Lilith, y Earsel primero y Derkin después (este con dos brutales ataques), provocaron que Karvakos empezara a difuminarse o descomponerse.
Pero no se iba a rendir tan fácilmente y un brutal contraataque nos dejó maltrechos a todos, y Lilith y Derkin salieron despedidos fuera de la cortina y cayeron al suelo malheridos. Ian, con sus últimas fuerzas miró a Derkin y a Lilith, sin saber qué hacer, y salió finalmente disparado hacia Derkin dándole su última poción. "Ayuda a Lilith" dijo sin apenas voz. El enano se levantó y corrió a curar a Lilith, que abrió poco a poco los ojos.
Yo ya había tenido suficiente de todo aquello. Miré a aquella sombra que pretendía ser Karvakos, y cargué el arco. No fuí tan certero como pretendía, pero fue suficiente. Con el segundo ataque la sombra explotó y desapareció. Salí del interior de las cortinas y ví a mis compañeros, cansados y maltrechos pero vivos.
Aún quedaban otras tres habitaciones por explorar, pero... si aquel era el tercer aspecto de Karvakos (cosa que ya todos dudábamos), ¿dónde estaba la tercera llave? ¿Y por qué no había pasado nada parecido a cuando cayeron los otros dos aspectos?
Pronto lo íbamos a saber.
Kanon el que vuelve a ser el Rematador.
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