domingo, 24 de junio de 2012

Tras la huida de los goblin nos quedamos en una encrucijada, ya que delante nuestro se encontraban unas puertas dobles, y a la izquierda y derecha, dos pasillos, uno de ellos muy largo y con una pared al fondo, a lo lejos y otro que llevaba a unas escaleras en ascenso, que no veíamos bien a dónde llevaban.

Dado que las puertas no parecían haber sido abiertas y no vimos nubes de polvo en el largo pasillo, decidimos que los goblins ( que curiosamente sabíamos que eran cuatro aunque sólo habíamos visto a dos, gracias a la inspiración que nos proporciona nuestro Diox Mámaster ), debían haber subido las escaleras.

Así que pallá que fuimos, y nos encontramos con una puerta cerrada al doblar el recodo que había en lo alto de las escaleras. En ese momento decidimos consultar los mapas de Lilith, y tras una breve discusión sobre su tamaño, zanjada con un "pues si quieres haces los mapas tú", nos dimos cuenta que podíamos entrar a la estancia desde dos lugares a la vez, ya que la puerta que encontramos al final de la zona elevada de la estancia de entrada a la Cámara parecía llevar al mismo sitio... En una de esas decisiones que nunca entenderé, volvimos a dejar a nuestra maga sola y se fue hacia esa puerta para poder sorprender por dos lados a lo que pudiéramos encontrar.

Por mi parte, me acerqué a la puerta para intentar oir algo, y efectivamente capté una serie de voces de varias criaturas, pero no pude precisar lo que decían, ni tampoco cuántas de ellas había dentro. En ese momento Lilith pega la oreja a la puerta y dice "pues yo no oigo nada", y nos dice que la próxima vez que vayamos a un comercio, se comprará una trompetilla whisper XL mágica +1 para oir mejor...


Ian decide encabezar el ataque y tras un patadón a la puerta, entra como un salvaje y casi sin mirar al grito de "Mirameeeee Liliiiith!!! Tras avanzar unos diez pasos y casi estampanarse contra una pared, le vimos rodeado de criaturas entre las que estaban tres de los goblins. Pero dos de las criaturas eran algo que yo no había visto jamas en todos mis años de aventuras: piel grisácea, pelo cobrizo y acorazados ( luego descubrí que eran los famosos duergar de los que habíamos oído hablar ). De hecho me recordaban a enanos, pero con los colores cambiados...

En fín, Ian estuvo a punto de recibir una buena paliza nada más llegar, pero logró esquivar el ataque inicial. Increíblemente para su tiempo de reacción habitual, Andrew es el primero en actuar de todos nosotros ( en lo que sería el anticipo de una noche bastante salvaje del clérigo ), y usando su acento kath-alán, usa su luz amedrantadora dañando a uno de los duergar.

En ese momento vimos con sorpresa como los dos duergar parecen literalmente estallar en llamas, mientras sueltan un rugido brutal, y atacan a Andrew e Ian. Realizan un extraño ataque por el que salen puas afiladas e incandescentes de sus barbas y golpean a Ian e Andrew.



En ese momento actúo yo y entro en la estancia dispuesto a todo... y me reciben a ostias, ya que fallo el disparo y uno de los duergar me atiza ( en lo que iba a ser un Hoy-le-zumbamos-a-Kanon Day ). Así que decido subirme a unos troncos que hay en una esquina de la estancia, para tener mejor visión. Lilith también entra y ataca, haciendo bastante daño a uno de los duergar.

Los goblin por su parte empezaron a moverse, pero no consiguieron hacernos daño alguno a ninguno.  Y claro, éramos pocos y parío la Hobgoblin. Una de estas criaturas con aspecto de lanzador de conjuros apareció por el pasillo que había al fondo de la habitación, para unirse a la fiesta.

A todo esto, Andrew seguía a la suyo, y de otro golpe poderoso, acaba con uno de los duergar, pero se queda agilipollad... digooo, paga las consecuencias de asesinar a otra criatura, y se pone en modo emo en un rincón murmurando la cantinela de siempre ( "Por qué lo he matado? Por qué? Por qué? Por qué?.... ). En fin, un poder extraño el del clérigo.

Yo sigo repartiendo flechas y me centro en los goblins, ya que los tengo más cerca. ¿ Y Earsel ? Pues en ese momento decidió hacer acto de presencia... bueno, es un decir, porque tras la segunda puerta de la habitación, que había permanecido cerrada, oímos su voz diciendo: "Ahí voy chicoooos.... aaayyyyyy!!!" y un golpe sordo contra la misma. El tema es que quiso abrir de un portazo sin darse cuenta que no es precisamente una maga muy musculosa, y sin saber que tenía un enemigo tras la puerta haciendo de tope... con lo que desde ese momento el archienemigo de nuestra maga son las puertas cerradas, claro... X-D


Finalmente y tras varios intentos, consigue abrir la puerta y entrar, no sin esfuerzo, y ataca con sus manos calentorras, digo ardientes y daña a dos de los goblins, aunque el duergar ni se entera, claro.

El lanzador de conjuros se vuelve hacia mí en ese momento, aunque lo único que consigue es mellar la pared, de la que salta un enorme cascote tras el golpe, mientras yo pienso "glups". Y por si éramos pocos, otro hobgoblin fuertemente armado aparece por el mismo sitio que llegó el lanzador de conjuros... aquí se va a liar.

Más intercambio de golpes, una flecha a un goblin, Lilith suelta otra guaya, pero es Earsel quien provoca otra baja al lanzar un devastador ataque contra el otro duergar, con un poder que sabíamos habia estado entrenando, pero no habíamos visto nunca: el servidor fantasma, que la verdad es espeluznante: una especie de dementor que arranca la esencia vital de sus enemigos, y que deja seco al duergar en menos que canta un bardo.

El conjurador hobgoblin se giró hacia Earsel tras esto, e intentó usar al archienemigo de la maga, la puerta cerrada, contra ella, pero la puerta permaneció abierta, para alivio de la elfa. Lo que sí ocurrió es que uso una especie de poder de atracción magnética para llevarla a todo el meollo de la batalla. Total, nada nuevo, la maga siempre acaba recibiendo estopa por estar en todo el medio...

Andrew siguió con su racha. Atacó a un goblin y lo mandó a reunirse con sus antepasados, con lo que se quedó agilipollado otra vez, mientras Ian y yo seguimos castigando a los goblins restantes. Cuando se recuperó nuestro clérigo me pareció escuchar como tenía una discusión con el aire ( ¿ estaría hablando con Mámaster ? ).

Lilith decidió en ese momento usar su paso feérico para colocarse tras el lanzador de conjuros y el hobgoblin acorazado ( al que en ese momento por inspiración divina supimos que era Krand, al que aunque no conocíamos, sabíamos de él por cierta carta que encontramos hace bastante tiempo ).

Y en este punto seguí mi racha de recibir fostias: el lanzador realizó un ataque de explosión que nos derribó a Ian y a mí. Tras levantarme preparé dos flechas y acabé con uno de los goblins, aunque el cuarto que faltaba apareció también por detrás de Lilith. Sin apenas tener tiempo de recuperarme, otro de los goblins avanzó hacia mí, y se aprovechó de mi debilidad, ya que de un fuerte golpe me apagó las luces. No debió pasar mucho tiempo, porque cuando abrí los ojos de nuevo, Andrew estaba canturreando su tonadilla curadora junto a mí, y la lucha seguía tal como la dejé.


Tras ponerme en pie, no pude por menos que entonar la antigua canción de batalla de los mercenarios de Calimshan ( "Desconcertadooo y enfurecidooo, sóolamente puedo decirrr, gracias por moriiiirr..." ), de la mítica guerrera Lhinna Morganna. Inspirado por la canción de guerra, preparé mi arco y acabé con otro de los goblins con dos flechas ( estoy gastando muchas flechas hoy... ).

Sigue el intercambio de ataques entre Earsel, Lilith, el lanzador y Krand, y poco a poco vamos minando sus fuerzas, pero es Andrew el que vuelve a hacer más daño ( desde luego hoy tuvo un día inspirado... ¿ será por haber trincado por fín ? ). Y es entonces, cuando ante el asombro de Andrew, utilizo un poder que no uso demasiado, mi proyectil mágico, para acabar con el último goblin, que ya estaba medio muerto. Vale, no seré un mago, pero ese poder que aprendí hace tanto puede serme útil, ya que acierto siempre...

Krand entonces empieza a ponernos las cosas duras... vaya frase más desafortunada, pero es la realidad, ya que lanzó un ataque eléctrico en ese momento que dejó a Lilith bastante tocada, así que decidí usar otro poder que no uso muy a menudo, y que he perfeccionado hace poco, la fortaleza inspiradora, para imbuir nuevas fuerzas en todos mis compañeros y en mí mismo. Fiel a mi papel de rematador y tras un devastador ataque de Lilith y de Earsel, tumbo a Krand con una flecha que le atraviesa el pecho.

Ya sólo queda el lanzador de conjuros, pero no se rinde tan fácilmente, ya que dispara otra ráfaga que mis compañeros son capaces de esquivar, pero que a mí, me pilla mirando las telarañas del techo y me da de lleno... desde luego hoy soy un punching ball andante, tengo imán para recibir ostias...

Y ahora viene otra buena de nuestro clérigo. Se lanza en medio del combate entre Lilith y el conjurador, y grita: "Dejadme, voy a estabilizar a Krand, que tendremos que interrogarle." Y claro, semejante acción le pone justo frente al conjurador, que le estampa el bastón en su cabezota de clérigo, aunque por suerte no muy fuerte.

Entre Earsel y yo seguimos castigándole, pero como hoy es la Festividad Anual de Fostiemos a Kanon, pues viene a por mí, y claro me acierta en toda la cara. Pero espera, que Andrew, en vez de intentar usar un poder útil, decide que como hoy está que se sale, pues que le va a devolver el golpe, e intenta arrearle un martillazo en la cabeza, pero se le resbala de la mano y se le cae en el pie, con los improperios consiguientes a los dioses, claro.

Al final es Ian quien acaba de una vez con el enemigo que quedaba, de un tajo bien colocado. Por fín podemos investigar esta zona con calma, y mientras Earsel se dedica a contar los ladrillos usados en la construcción de la estancia en la que estábamos ( esos 20s en tiradas intrascendentes... ), revisamos los cadáveres, aunque es la propia Earsel quien se da cuenta de la llave que tiene el agonizante ( aunque no muerto, gracias a Andrew ) Krand colgada del cuello, y que Ian y ella comprueban que abre un cofre que está en la habitación del final del pasillo.

Además, en este cofre hay un extraño documento firmado por un tal Julián Pérez, aunque este nombre está tachado, y justo debajo pone "firmado por Murkelmor Grimmerzhul". También encontramos más cosas: una poción curativa, money money, 5 gemas, y una cota de mallas que identificamos como una Cota de Mallas Mágica del Buscador...

Y ahora, ¿ qué hacemos ? ¿ Seguimos explorando ? Hemos usado una buena parte de nuestros recursos y poderes en esta refriega, y no sabemos qué más peligros nos aguardan en la Cámara de los Ojos, y aún no hemos encontrado las respuestas que vinimos a buscar...

La sabremos en la proxima bat-entrada en este mismo bat-blog...

Kanon el Fidedigno-Rematador-Rápido.
domingo, 17 de junio de 2012
La noche anterior había llegado a nuestras manos el mapa con las indicaciones hacia la Cámara de los Ojos. Era un mapa tosco y nada preciso, consistente en lineas marcadas con runas enanas en varias intersecciones y con algunas anotaciones a pie de mapa con indicaciones a seguir en aquel laberinto. Por lo que nos indicó Rendil, y una vez examinado el tosco dibujo que los demás llamaban mapa,  calculamos que tardaríamos en llegar aproximadamente una hora... si todo salía bien.

El resto de la cena consistió en ultimar los detalles de nuestra expedición y en lanzar múltiples chanzas a costa del sonriente Andrew y su encuentro con Palendra. Por más que el sacerdote insista en que no ocurrió nada más que una cura de ungüentos, todos en el fondo creemos que ella le insufló ánimos de un modo mas... intenso.

A la mañana siguiente me levanté temprano tras un sueño reparador y me encontré a Lilith entrenando sus movimientos de lucha, así que sin más, me dispuse estudiar mis conjuros.
Una vez terminados nuestros entrenamientos, y tras un reconfortante baño, bajamos a por un buen desayuno. Uno tras uno, nuestros compañeros aparecieron en el salón con aspecto relajado.
Ian parecía haber aprovechado al máximo la noche de sueño ya que nada más aparecer notamos en él una mejora física notable en la que no nos habíamos fijado hasta el momento. Todos disfrutamos de un enérgico desayuno entre risas y bromas y nos dispusimos a adentrarnos en el laberinto hacia la Cámara de los Ojos.

A mitad de camino, me asaltó la duda de porqué la llamaban así, pero ya era tarde para preguntar y yo no recordaba haber leído nada al respecto. Supuse que aquella duda tendría que esperar mucho tiempo para ser resuelta. O no.

Decididamente, el mapa no era rico en detalles, pero las indicaciones parecían claras respecto al camino a seguir dentro del laberinto. No obstante yo no estaba muy segura respecto a su veracidad, ya que no hacíamos más que recorrer arcadas y girar hacia la derecha, la izquierda, la derecha... una y otra vez. Subíamos y bajábamos cuestas hasta quedarnos desorientados por completo respecto a la entrada. Para añadir dificultad, todo estaba sumido en una oscuridad absoluta, lo que me obligaba a llevar mi vara con la luz en una mano y el mapa en la otra. En mi fuero interno decidí no compartir mis dudas respecto al mapa con mis compañeros, ya que eso no beneficiaría en nada y sólo crearía un halo de inseguridad al resto, así que seguí adelante sin saber muy bien a donde nos conduciría todo aquello.
A lo largo de todo el camino se repetían los adornos con formas de minotauros y demonios. Todo en el más absoluto silencio, roto únicamente por nuestros pasos y conversaciones.

Aunque según las runas se suponía que nuestro objetivo estaba cerca, llevábamos tiempo recorriendo el laberinto y comenzaba a perder la paciencia cuando por fin nos encontramos con una antecámara sobriamente iluminada. Era bastante grande y frente a nosotros se encontraba una puerta cuyos lados estaban guardados por dos estatuas de demonios alados en posición agazapada. En dicha puerta se encontraba inscrito un gran ojo con unos pedúnculos y un círculo con una cruz.


 


La sala se extendía hacia los lados y estaba repleta de escombros repartidos por doquier. A la izquierda de la sala se veía un balcón con una pequeña puerta. El balcón se encontraba a bastante altura.
Kanon decidió acercarse más a la puerta y en ese momento oímos voces goblins y pisadas al otro lado. Andrew, que entendía este idioma, nos susurró lo que hablaban: uno quería saber cuando se repartiría un botín y el otro le reprendía recordándole que estaban de guardia, lo que terminó en una discusión.

En principio la idea general era entrar por la puerta sin más y aniquilar a los guardias goblins del otro lado, pero les persuadí señalándoles la posibilidad de subir por el balcón de la izquierda. Al resto les gustó la idea y nos dispusimos a ello. Entre todos acordamos que subiese Lilith primero, aunque ella no parecía estar muy conforme. En su primer intento no tomó bastante impulso y cayó al suelo con todo el trasero. Con una clara expresión de orgullo herido se levantó dispuesta a un segundo intento que fue más exitoso, ya que subió en dos impulsos... para decepción de Ian que se encontraba justo debajo con los brazos abiertos esperando a cogerla en caso de un nuevo intento fallido.

Una vez que todos estuvimos en el balcón atravesamos la pequeña puerta y nos encontramos un pequeño pasillo que se abría hacia ambos lados. A nuestra derecha se encontraba una escalerilla hacia abajo, y hacia la izquierda un oscuro pasillo. Al final de las escaleras había una sala con camastros, mesas y un brasero. Dos goblins se encontraban limpiando mientras un bugbear roncaba en un apacible sueño encima de un camastro en una de las esquina más alejadas.

Tras discutir nuestros siguientes movimientos acordamos que yo podría crear un sonido de espadas chocando en el pasillo que se encontraba al otro lado de la pequeña sala. De este modo esperábamos que los dos limpiadores salieran por dicho pasillo investigando el origen de los sonidos, pero se limitaron a gritar en goblin y siguieron con sus tareas. Andrew nos aclaró que se limitaron a avisar a alguien al otro lado para que no hicieran tanto ruido al entrenar, ya que podían despertar al bugbear. Lo increíble es que no se despertara con sus gritos.

Mi decepción era palpable y me desanimé a intentarlo de nuevo, así que Kanon se acercó un poco más y disparó una flecha al bugbear con tal brutalidad que se hundió hasta el fondo dejando muy poco a la vista. El bug se despertó con unos alaridos que me helaron la sangre. Decidí congelarlo por completo para cesar aquellos alaridos lanzando dos rayos helados. Uno se perdió pero el otro impactó de lleno, dejándolo completamente paralizado y con una buena capa de escarcha. Y así los alaridos de dolor cesaron para mi tranquilidad. Mientras, Lilith e Ian ya habían bajado las escaleras y Kanon se había acercado aún mas saltando a un camastro y gritando -¡A POR LA BELLA DURMIENTE! y otra flecha de éste y un ataque de Andrew cayeron sobre el bloque de escarcha en que se había quedado el bugbear. Decidida a terminar con aquello de una vez por todas me lancé desde las escaleras, cayendo por encima de Andrew y tropezando con los camastros para llegar a mi objetivo. Cuando estuve suficientemente cerca me concentré, y con mis manos en llamas, lancé una ola de fuego que alcanzó tanto al bug como al goblin que estaba al lado de su camastro y que no tuvo tiempo de reaccionar.


 


El "bello durmiente" fue el peor parado ya que al fin y al cabo toda la fuerza de mi poder iba destinado a el. En cuestión de segundos pude ver como pasaba de un bloque de escarcha a un montón de cenizas con un alarido y pataleos que cesaron rápidamente.
El goblin consiguió escapar a duras penas dejando tras de sí un rastro de humo y olor a carne quemada.

Al momento vi pasar dos más que seguían al chamuscado y el otro que se encontraba en nuestra sala salió disparado intentando escapar por el mismo camino. De regalo se llevó dos buenos mamporrazos de Ian y Lilith. Yo también intenté atraparlo pero,  aún debilitada por el hechizo, no conseguí alcanzarlo.

Lilith, Ian y Kanon corrieron a por ellos y yo me quedé con Andrew que se encontraba en un rincón con un rictus de dolor en su rostro congestionado. No conseguí de él ni una palabra en un buen rato... Su experiencia con aquel cambiaformas no sólo le había dejado aquella "hermosa cicatriz" en el brazo. Estaba claro que en su mente también se habían quedado grandes heridas que serían más difíciles de curar.

Los demás no tardaron en volver de su persecución con las manos vacías, así que, mientras el sacerdote se recuperaba poco a poco, decidimos revisar la habitación en busca de cualquier cosa que nos resultara útil. Encontramos un cinturón que rápidamente pude identificar como un "cinturón de sacrificio".


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Les expliqué que tenían propiedades sanadoras. Se llamaban de sacrificio ya que el portador "sacrificaba" algo de su salud para poder curar a otro.  Obviamente no dudamos mucho respecto a quien sería su portador y Andrew se llevó una agradable sorpresa cuando se incorporó al grupo.

Tocaba decidir hacia que pasillo dirigirnos...

Earsel Nolwendilme.